jueves, 30 de agosto de 2018

KURT VILE – B’LIEVE I’M GOIN DOWN…


B’LIEVE I’M GOIN DOWN, Kurt Vile (2015, Matador) [rating: 4]   Un tipo se levanta una mañana, se mira en el espejo y no reconoce la persona que lo mira del otro lado. Pero después ríe y se da cuenta, “ah qué tonto, ese soy yo”, y sigue con su rutina matutina: cepilla los dientes […]
Un tipo se levanta una mañana, se mira en el espejo y no reconoce la persona que lo mira del otro lado. Pero después ríe y se da cuenta, “ah qué tonto, ese soy yo”, y sigue con su rutina matutina: cepilla los dientes del extraño que ocupa su lavatorio, tiembla como una hoja que entra por la ventana y no le peina el pelo al extraño porque “nunca fue mi estilo”.
El sexto álbum solista de Kurt Vile se llama b’lieve i’m goin down… y no cabe ninguna duda, la audiencia le cree. Escrito en la oscuridad de la noche, en las profundas horas de sueño en las que su mujer e hijos dormían, las canciones no son más que un reflejo de la soledad que siente, la proyección más sensata de su yo más íntimo. Se trata de un monólogo interno del joven de Philadelphia, cuya voz nasal y acento indeterminado ponen en duda también esto último acercándolo a Bob Dylan y Neil Young (ídolo de Vile).
Lo que en sus anteriores Smoke Ring for My Halo y Wakin’ on a Pretty Daze, venía anticipando tímidamente, finalmente llegó con un sonido igualmente sofisticado y aún más amigable.
Gracias al aire intimista provisto por el banjo, en “I’m an Outlaw” se percibe el folk que junto con el country ronda siempre los parámetros del rock. El piano lo coloca en un territorio de cantautor que combina con una voz soulera, un aire nuevo en la era digital donde sabe usar los recursos que tiene a su alcance.
El humor siempre fue parte elemental de sus canciones, pero es en b’elieve… uno de los componentes principales. La vida merodea entre la tragedia y la gracia, entre la risa y la melancolía. A través de la ironía Vile genera empatía en “Pretty Pimpin”, “Estaba usando toda mi ropa / Debo admitirlo, soy un lindo muchacho”, y las canciones dan lugar para que uno pueda identificarse con alguna de ellas. “Odio remarcar lo que es dolorosamente obvio / Así es la vida / Tan triste, tan real”, canta en “That’s Life Tho (almost hate to say)”.
Para Vile las certezas no existen y la realidad es ambivalente. La última canción sintetiza no solo el espíritu de la obra, sino también su vida. “Tengo miedo de estar sintiendo demasiados sentimientos”, le dice a su madre, a quien acude en la última estrofa. Se encuentra en el híbrido de la risa y el llanto, recordando todo lo que alguna vez vio (o fue): amantes, soñadores, drogadictos, creyentes, alcohólicos. “Creo que todos lo sienten, suben y bajan todo el tiempo”, dice Kurt Vile en una entrevista con Noisey. “Quizás yo bajo con más fuerza que el resto”, agrega.
Les dejamos el video de “Pretty Pimpin” para que vean el desconcierto del músico que no se reconoce a sí mismo. La calidad musical… eso no sorprende.

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