jueves, 30 de agosto de 2018

‘PERFORMANCE’, MICK JAGGER Y JORGE LUIS BORGES


Hace 47 años se estrenaba un film que sería un hito en la historia del cine. Con Mick Jagger debutando en la pantalla grande y James Fox en un rol diferente a todos los que había hecho anteriormente, Cammell lanzó un film inspirado en parte por el gran escritor argentino, Jorge Luis Borges.

Hoy cumple años un film que no sólo fue un desfasaje absoluto para la época en la que fue publicado, sino que fue una de las primeras obras cinematográficas que exploró la psicodelia en la pantalla grande. Estamos hablando de Performance, dirigida por Donald Cammell y Nicolas Roeg, escrita por Cammell y protagonizada por la entonces estrella del cine, James Fox, quien encarna el papel de un ambicioso y violento (sociópata) ganster que después de una serie de acontecimientos, cruza caminos con Turner, un rockstar retirado que interpreta Mick Jaggeren su debut como actor de cine. 
Esta obra, además de ser innovadora y diferente para la época, cuenta con una gran influencia de Jorge Luis Borges y su obra literaria El Sur. No sólo Cammell era un ávido lector del escritor argentino, sino que Jagger también era admirador de sus obras. Durante una de las escenas del film, Turner lee: “En ese punto algo imprevisible ocurrió. Desde un rincón el viejo gaucho estático le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. ‘No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas’, pensó. Y sintió dos cosas”, citando el final de la obra de 1953. Pero ésta no es la única vez que Cammell hace uso de los escritos del argentino; durante todo el film, el director hace referencia al existencialismo, a la identidad (que no tiene por qué ser una sola) y a la dificultad que tenemos los seres humanos de enfrentarnos con la realidad objetiva del mundo. “Nada es verdadero, todo está permitido”, dice Jagger en otro momento de la película y bien podría estar haciendo referencia a Borges.
Otra importantísima referencia a Borges durante el film, y en la vida (y muerte) de su director es la que les contabamos acá mismo hace unos meses: cuando Chas le dispara a Turner, aparece la imagen del escritor argentino junto a un espejo que se rompe. Esto está estrechamente vinculado a la muerte del director Donald Cammell: su mujer -China Cammell, colaboradora de sus trabajos- cuenta que, tras suicidarse de un tiro, el dramático escocés (perseguido por la muerte y el suicidio hacía ya muchos años) agonizó durante 45 minutos. Fue entonces cuando le pidió a su mujer que le alcanzase un espejo y al verse reflejado, le preguntó: “¿Lo ves a Borges?”
Volviendo a la trama de la película en sí: la historia se desarrolla en el marco de Londres en la década del setenta y cuenta la historia de Chas, un integrante de una banda mafiosa liderada por un tal Harry Flowers (interpretado por Johnny Shannon), que se especializa en extorsionar e intimidar a los deudores de su jefe mediante violencia. Es tan bueno en su trabajo, que el resto de su entorno está seguro de que lo disfruta. La parte interesante de la película comienza cuando Flowers toma la tienda de apuestas de Joey Maddocks y le prohibe a Chas que se involucre, ya que éste último tenía una complicada historia personal con Maddocks. Chas no hace caso a la orden de su jefe y, de todas formas, decide actuar en contra de Maddocks. Éste decide vengarse y desvalija el departamento de Chas en un violento ataque, el extorsionador le dispara y huye de la escena en la que había hecho su carrera.
La huída de Chas desplega una historia completamente diferente cuando se encuentra con el ex rockstar que vive con dos mujeres y decide esconderse en el departamento de este trío. La película toma un giro diferente y se explaya sobre la identidad, la sexualidad, los géneros, las drogas y la violencia desde un lugar completamente nuevo para esa época. Las escenas de sexo, droga y violencia fueron las responsables de una apabullante cantidad de críticas negativas que, con el correr del años, se fueron suavizando y el público (y la crítica de cine) comenzó a entender el sentido del film. Cammell creó una obra innovadora y adelantada para la época.
Una vez que Chas se instala con Turner, Pherber y Lucy, comienza a interesarse por este mundo que no sabía que existía. Al principio desconfía de Turner, pero con el correr del tiempo se terminan influenciando el uno al otro. En el afán de querer entender el mundo del que provenía Chas, los otros tres integrantes de la casa lo hacen consumir un hongo alucinógeno y, si bien Chas los acusa de haberlo intoxicado, termina por abrirse y contar acerca de lo que había vivido y de cómo se sentía oprimido teniendo que presentar una fachada de macho para pertenecer al mundo de los gangster. Chas y Lucy comienzan una relación afectiva gracias a la cual Chas se libera y se pueden ver claros signos de bisexualidad. 
Sin embargo, la armonía no dura mucho tiempo, Flowers y sus hombres terminan encontrando el departamento de Turner y aparecen para reclarmarle a Chas que vuelva a su trabajo. Para su sorpresa, lo encuentran con una peluca y un atuendo que hacían que su aspecto se volviera femenino. Chas se encierra en una de las habitaciones con Turner y luego de discutir, Chas le pega un tiro en la cabeza a Turner. Pherber se esconde en un armario que se encuentra en la habitación y Chas se dirige a lo que será su muerte, vestido de mujer. 


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