jueves, 29 de noviembre de 2012

Julieta, sé que estás ahí

Sacá a relucir tus encantos Julieta, vamos, que es la única que queda. ¿Pero qué Julieta nene? ¿De qué hablás? Soy Mechi. Mas sí. Tras una mala pasada, tras un mal momento con alguien que no sabe ver el esfuerzo en los ojos de otro, que no sabe escuchar lo que el otro tiene -con tanto empeño, esperanza, ilusión- para decir, que con ojos amenazantes espera tu derrota, que con tono vengador de algo pero no sabemos de qué te desafía al abismo de lo imposible, que se ríe de tu risa y de tus ojos incrédulos que se rehúsan a contemplar lo que está sucediendo, que desvaloriza horas y horas de concentración y a veces no tanta concentración, que juega con tu conciencia, desvía tus pensamientos, aleja los conceptos, hace que las palabras se vayan con un estornudo, cuestiona tus ganas de seguir, hace que te caigas para que sí o sí vuelvas a levantarte, te hace sentir como un pecesito recién nacido en medio del Atlántico, te genera una sensación de resentimiento no por el fracaso sino por el mal trato sin necesidad alguna, porque podríamos charlarlo bien, ¿no? Pues para qué semejante ceremonia, el show must go on dejémoslo para la noche, sólo quería contarte lo que sabía. Y creeme, era mucho. Buen, vos te lo perdés. Ah, sí, obvio, yo me jodo. Este es el imperio en el que gana el que tiene el poder y el que tiene el poder sos vos, suficiente. Y bien, qué mejor que matar el tiempo en un bar criollo, porteño, clásico, familiar, no es domingo pero parece dominguero. Muchas otras formas. Pero bien, olvidémosnos del episodio anterior, siempre hubo y siempre habrá mala gente. Sigue tu rumbo alma solitaria que le gusta la soledad. Bar, entonces. Sin hambre pide un tostado que comer por comer está de más, pero hay que pedir algo para sentarse. Falta música pero no parece porque los mozos hablan y hablan mucho. Sigue pensando ya sin frustrarse, sigue recopilando cada palabra y cada mirada y duele, piensa mucho, para variar piensa de más. Y de tanto pensar sigue un zig zag que solo la mente entiende y la imagen mental culmina en la billetera. Mierda, mierda, mierda. Esperemos que no. ¿Sí? M, no sé. Puta... quince míseros pesos. Los cinco generosos con monedas. "Perdón, ¿cuánto salía el tostado?" "Veinticinco señorita", contesta esa voz simpática. Mierda, ¡mierda! Dale, ¿ahora me vas a decir que no sos Julieta? Vamos flaca, te conozco... ahí, ese tipo, vestido de mozo, ese es Romeo, ¿no lo ves?  

domingo, 25 de noviembre de 2012

Las cosas como son


El perro siempre estuvo dispuesto a darle amor y él lo traicionó. Lo único que quiso era recibir cariño y él lo apartó. Como quien abandona a alguien en una ruta y ni siquiera se da vuelta para mirarlo, lo dejó. Sin una puta luz que ilumine algo de ese camino oscuro y lleno de escombros, se quedó solo, tirado, sin saber a dónde ir, de dónde comer, de quién recibir caricias, con quién compartir un momento frente al fuego. Eran amigos, llevaban una vida juntos, se contaban todo. O al menos uno hablaba y el otro escuchaba, a veces mirándolo, otras no. A veces despierto y otras dormido. Pero en fin, siempre estaba ahí. No era lo mismo su presencia que la nada, iban juntos a todos lados, eran más que amigos. Un vínculo que creía indestructible se esfumó como se esfuma el humo del cigarrillo, ese que prendía siempre que salían a pasear. Porque sí, lo sacaba a pasear como quien saca a pasear a alguien que quiere, que busca que juntos disfruten del aire libre, como quien simplemente añora un pedazo de naturaleza por día, una cuota de frescura al pasar. Se atuvieron al sentimentalismo, nada fue más allá que eso, lejos del materialismo siempre se trató de emociones y sincera compañía. Cada vez que lo veía venir movía la cola y estiraba las patitas, esperando que el otro se posara sobre él y durmieran una siesta juntos. Y ahora no duerme porque tiene frío, no corre porque no tiene fuerzas, no busca porque sabe que no encuentra, no mueve la cola porque nunca está contento. Solo está solo. De vez en cuando viene un viejo a tocar el violín, se acuesta bajo un puente y sueña. Como solía hacerlo al lado de su amigo, pero claro, éste ya no está. Recuerda las tardes de ocio y música y se pregunta qué música estará escuchando ese viejo amigo en esa vieja casa junto a ese viejo perro que alguna vez amó. Para qué seguir pretendiendo que se quieren cuando evidentemente la distancia y la decisión de mierda de uno pudo más, la falta de empeño fue más fuerte que el amor, la mentira más grande que la verdad, el silencio más largo que las palabras. En vano la falsedad, no se justifica la hipocresía. Mejor lejos y sinceros que juntos y traidores.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Decidido a vivir


Son las experiencias las que incitan a escribir, y el amor, a vivir. Hoy, con centenares de corazones que celebran sus ochenta y cinco con él, levanta la cabeza y con esperanza dice que aún en semejante dolor, aún con semejante pérdida y después de tantas noches sumergidas en llanto, la vida es digna de ser vivida. Un regalo demasiado valioso para dejar pasar, así que con voluntad y convicción decide aferrarse a ese don y exprimirlo. No fue feliz, es feliz. Porque hay sonrisas que le dibujan un porvenir, hijos que confían en la unión, amigos que como amigos, son fieles a la lealtad y leales a la fidelidad. Y aunque el amor de su vida ya no esté, aunque la razón de su existencia se haya esfumado como el humo y con el viento, aunque el sol de sus mañanas y la luna de sus noches hayan desaparecido de forma repentina y sagaz, ella está más cerca aún, duerme con él, respira a su lado, llora cuando llora y sueña cuando sueña. Lo ama más que ayer y no se sorprende de verme cada vez que me la encuentro en sueños. Hoy algo cambia, todo el sufrimiento recobra sentido y la mirada frente al mundo da una vuelta al costado. Fuimos hechos para amar, entonces amemos. Él la amó y ella lo espera, canta con los ángeles y se regocija con el sol. Porque algún día estará con él, algún día estaremos todos reunidos, de vuelta, y los tesoros de hoy no se comparan con los tesoros de mañana. Es ella quien le sigue apostando a un Cielo eterno. Vivieron un amor sin condiciones, un amor en MAYÚSCULAS, un amor para siempre. Un amor de verdad, que todo lo arriesga y todo lo puede. Esta vez la palabra amor no abunda, no se excede, no exagera. Porque tiene una connotación y un significado en sí mismo, no es estéticamente redundante y no molesta a los lectores. Porque supieron amar, y para eso fueron hechos. Amar a los pájaros, al viento, al mar y a las flores. Hoy reina la fiesta, siempre hay razones para llorar y más de mil para reír, dejemos de lado la oscuridad para deleitarnos en el regocijo del amor. Si son merecedores de semejante felicidad o no, no lo sabe. Pero son felices al fin, y se atreven a serlo. En esta jornada nos nutrimos de los recuerdos, son bonitos y sensatos, mas a posar la mirada en el futuro, que desafiante y atractivo se asoma para que nos inundemos en él, en su canto que es un clásico tango. Ya que no está solo, los corazones terrenales lo aman y los ángeles celestiales velan por él. Bailemos al son de la música pues y soñemos con la playa, que de alguna manera, refleja su belleza y todo lo que fue. 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un recuerdo hecho puñal


Y qué te está pasando querido amigo mío, por qué estás tan solo, tan lejos, el camino te es lejano y los sueños ya no existen para vos. Qué cuento habita hoy tu pensar, qué miedo perturba tu mente, qué añoras con lo más profundo tuyo. Y es que sigues añorando, oh mágico portavoz de una voz que no habla pero ruge, dueño de ojos negros que ya no ven la sonrisa en el sol.  “Con felicidad yo canto” y tu canto se diluyó como se diluye una gota de tinta en un mar de lágrimas. Nostalgia que de bello nada tiene, dolor más profundo que el que sufre el abandonado, pena más triste que la soledad. Hoy tus pasos tienen un único rumbo, el olvido, caminas para no volver, corres sin fuerzas, hacia un fuego que no calienta, una noche que no acoge ni a la más mísera estrella. Hoy el agua no te sacia la sed, la fruta no mata tu hambre. Los amaneceres son redundantes y el atardecer indica que llega la noche, y con ella, la desesperación. Tu corazón palpita y no le encuentras un sentido, ay amigo del alma, si tan solo vieras qué valiosa es tu alma, cuánto goce hay a tu alrededor, cambia esa mirada agonizante pues hoy es el día para ser feliz. No mañana, no te regocijes con las alegrías del ayer, no te hundas en un túnel sin salida, no creas que las pasiones que matan tengan finales abruptos, violentos, dramáticos. No es que sólo así sea romántico, no solo lo trágico es memorable a los sentimientos. No estés solo. Acompáñame a mí en esta paupérrima vida que llevamos por separado, quiero saber qué amas y qué te hace feliz. No se puede sobrevivir en semejante desdicha, por qué dejar que nos carcoman las bestias que todo lo devoran, impiedosamente, sin remordimiento, sin pena. Únete a mi llanto y lloremos juntos, pues la luna nos acompaña y se le escapa una sonrisa, ya que junto con los astros, entienden lo que es invisible a nuestros ojos: juntos nos odiamos, y separados, nos amamos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Que hay que exprimir, hombre


“Que sacarle al jugo a la vida, te digo”.
“Que no entiendo lo que dices”.
“Que no me entiendes y no te entiendo. Que esto de la rutina no me gusta, que esto de hacer lo que hacen todos no está bien, que cada uno es feliz de manera diferente y que nadie puede juzgar a nadie por eso”.
“¿Qué quieres irte al África, algo por el estilo, dices?”
“Que no. Que no se trata de eso. Que la cosa vira por otro costado… que hay que atravesar los límites del amor, las barreras del viento, las melodías convencionales. Ya, ¿entiendes?"
“¡Joder! Que quieres pasar semáforos en rojo”.
“Que tus ojos son mundanos. Que la vida es demasiado bonita y que no me conformo con conocer una pequeña porción de ella, que hay que sacarle jugo, eso digo, que hay que conocer cada rincón, enriquecernos de distintas religiones y culturas. No traicionaría las mías, claro que no, pero así como quien dice que la realidad supera la fantasía, créeme, mis sueños son fantasiosos, y si la realidad los supera… entonces a realizarlos, ¿verdad? Si ni aunque lo hubiésemos soñado hubiese sido todo tan delicioso”.
“Que me sacas de mis cabales, hombre. ¿De qué hablas?”
“Que es todo un regalo del que nos amó, ¿lo ves? Que yo sepa no ganamos ningún campeonato para merecerlo…  mira, tu lo ves con tus propios ojos. Que hay mar, que hay nubes, que hay árboles, que hay verde, montañas, nieve, que hay sol, que luna, que estrellas, cientos de especies y animales, que hay arena, que hay pasto. Viento lluvia frío calor. Cuando pudo haber sido todo tierra. Que detrás de todo hay un amor infinito y una inmensa originalidad”.
“Me dejas pensando, hombre…”
“Bien, de eso se trata. Pensarlo y no dejar que semejante obra artística, musical, pase desapercibida. Asómbrate, sorpréndete, maravíllate, y así, siendo un poco más niños, seremos más felices”.
“Que suena poético”.
“Que en todo hay poesía. Que quiero conocer la poesía implícita en cada hombre, mujer niño y anciano. Que quiero descubrir la poesía no sólo en el tango, sino en el rock, el blues, el folk, lo clásico, la cumb… no, que es más fuerte que yo. Que hay poesía en el mar y hay poesía en un beso. Que hay mucho por vivir y conocer. Por leer y escuchar. Por decir y entender, eso hombre, eso digo”.
“Vaya, qué cojones. Tienes ochenta años hombre, y suenas como uno de cinco”.