martes, 25 de diciembre de 2012

Lo secreto ya pasa por evidente


La osadía de esos ojos que ven sin mirar hace que se cuestione cada palabra que pronuncia, cada verdad que sostiene como si fuese cierta, cada alusión que hace a lo que pudo haber sido si todo hubiese sido de otra manera: besos que no se dieron, noches que no vivieron, bares que no sedujeron y botellas que no se abrieron. Pero es lo que es, fue lo que eligieron que fuera y hoy están parados donde los caminos los llevaron, no son marionetas son libres, no son idiotas son capaces, no son enamorados son amantes. Y es que ya nada la sorprende, nada lo deja sonreír pero la música hace que baile. Sus mentes se conocen pero ya no se conectan porque el cable amarillo no encaja con el rojo, anuncian una tormenta que nunca llega, como las profecías que él declara pero jamás han de suceder. Seamos evidentes que las incógnitas pasaron de moda, la evidencia enamora al periodista y es el enemigo del poeta romántico, que por ser romántico ama lo invisible a los ojos. Lo rebuscado, lo complicado… como ellos. Encendamos el calor ya que estamos y que el hielo desaparezca, si están acá están acá por algo, así que se hacen cargo de lo que hacen pero no de lo que dicen. Clásicos de Barry White (que era negro, ¿una paradoja? De vuelta, como ellos) suenan en una noche que se hace de día demasiado rápido. Le dan la bienvenida a un verano que solo por ser verano es lindo. Otro año pasa y en la noche reina el secreto, lo desconocido de un porvenir que lejos de querer conocerlo, se deja llevar por él. Se ríe, porque entiende la gravedad del tiempo transcurrido; se sonroja, porque se avergüenza de dónde están parados después de tantos años; pero tímidamente sonríe, porque sabe que los dos saben que si hubiese sido distinto no hubiese sido divertido. Romance que no es romance y manos que se buscan entre sí, para tratar de tocar juntos, el sol. Se aman a sí mismos –porque para amar al otro primero hay que amarse a uno mismo, pero ojo, esto no significa que se amen entre sí pero sí se aman a sí mismos- y siguen los pasos que da el otro, salta cuando saltan y corre cuando corren. El humo del cigarrillo sale para entrar al mundo que domina vaya a saber uno qué clase de especie… no, ciertamente ni sabe cuál, pero debe de ser una rara. Eso seguro. Como... bueno, ya saben como quiénes. 

Luz en sí oscuridad para mí


Lo lindo de la felicidad es que se esconde en la simpleza. Lo grande de la profundidad es que permanece en lo pequeño. Menos es más y cuánta más autenticidad hay en las cosas, más únicas son. Menos hay y más las quieren. Las aman. El reconocimiento de un castigo está en la sabiduría de ver el error, y claro, tratar de evitarlo en un futuro. La Navidad es un tiempo de paz y la paz trae tranquilidad, porque nace la verdadera vida. Fiesta por excelencia, paz infinita y esperanza que conlleva su vida, esa que nos hace creer en que un mundo mejor es posible. Hoy y mañana la gente deja de pelear para abrazarse, deja de gritar para escucharse, deja de ver lo que no tiene para agradecer lo que le fue dado con amor y sin condiciones. O si, amar al otro, por qué no.

Ansían el porvenir con expectativas y recuadran un próximo destino con canciones y en algunos casos, bailes. No piden mucho, o tal vez sí, pero elijen dejar sorprenderse por lo que vendrá, nunca opacar las ilusiones con peleas absurdas y discusiones que en vano le dan sombra a algo imposible de oscurecer pues la luz es más fuerte que la niebla. Y al son de los pájaros que dibujan la melodía en el cielo se acerca la Navidad y con ella las ganas de encontrarle un sentido verdadero, el renacimiento del amor, del AMOR perdón, de la vida, de la verdadera buena vida. Familia para abrazar y amigas para conmemorar lo que se viene, playa y más playa y cuanta más playa mejor. La actitud (y todo en esta vida se trata de actitud) es disfrutar del momento teniendo en cuenta que trascendemos, amar y alegrarse de los pequeños destellos, mirar el presente pero posando una mano en el mañana, y claro, con un pie firme en el pasado. Festejar mientras así se pueda, vivir si nos dieron vida, cantar si tenemos voz y sonreír porque es gratis y hace bien. Escuchar la música que nos regalan, entender el ciclo de la naturaleza y respetarlo.

Un brindis que encierra una vida de abrazos, burbujas que flotan en el aire como palomas que no van a ningún lado, una guitarra eléctrica imaginaria en esos dedos que jamás sabrían tocarla –o quizás en otra vida sí- y velas colgadas como guirnaldas que derraman cera. Toda esa luz (imposible pero posible en otra dimensión) que enceguece cada vez más a algunos, se apaga un poco para que un par la puedan mirar. O mejor dicho, acercarse sin quemarse. Ese es el secreto. Acercarse sin quemarse y entender, que si estiramos un poco más los brazos, nuestro cuerpo desvanecerá y seremos solamente almas. 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Hoy respira con alivio y vuelve a ver los árboles como son, verdes


Una despedida que nada deja atrás pero todo deja por delante. Un dejo y digamos dejo que la palabra expresa, un dejo de nostalgia, melodrama, llanto exagerado, lágrimas, caprichos de un chiquito de cinco que mierda que no quiero que se vayan, joda y fiesta por un rato, mierda y un disfraz de sonrisas para después. Una casa destruida que acoge con impresión pero sin pena a una convocatoria de gente que quiere sol para que todo salga acorde al plan. Una tormenta que queda atrás, el misterio de las nubes que desaparecen con la mañana, un tornado seguido de un sueño. ¡Se me inundó la casa chabón! Un equipo de rescate que está aunque llueva sapos.


Pileta y agua en una tarde de no tanto calor pero el calor no falta y el agua tampoco. Dylan o Beatles, déjense de joder. Faltó rock pero sobró locura, ahoguemos las penas en un río que recibe al barco más bonito de todos, con la gente más bonita con los cuerpos (eso) más bonitos y los bailes más… y, digamos bonitos por no decir… digamos bonitos. Se escapan con las estrellas que despiden al cielo naranja, mientras en algún lugar remoto un avión las despega de la tierra, de las que se quedan acostadas en un río que esconde peces y especies.


En vano hacer alusión al título, menos recordar la sorpresa vaya sorpresa que apareció en medio del té que tenía jugo con “pulpa”. Hermana te extrañaré, queridas las extrañaremos. ¡Pero no! ¡Te estás olvidando de algo importantísimo! Pues si creían que una tragedia y sentimientos fuertes iban a opacar el protagonismo de una nueva década para ellas, cuán lejos están  de la verdad. Princesa uno, princesa dos, reciban los veinte como corresponde: música gente y fiesta.


Hoy no olvida un polo familiar, más Italia para nosotros que somos tanos, más recuerdos para dos familias hechas una, se teletransportan a una chacra añeja y desbordada de juventud. Ella formó parte de esto y dejó un beso marcado en las paredes de ladrillos, una sonrisa guardada en un mazo de cartas, un asiento en el lomo de una vaca.


Disfruten de la nieve y busquen experiencias nuevas, no salgan del templo interno y bailen con gente rara. Que hable inglés, y por qué no, italiano y francés.  

domingo, 2 de diciembre de 2012

Loco loco loco


Se quedó corto cuando dijo que era sensible. Que dos más dos para él no es cuatro, a veces es cinco. O seis. Que todo le toca esa palanca adentro suyo que le despierta el motor de las emociones. Se queda un poco tranquilo al ver que no es que él esté loco, no es que es distinto a los demás, no es que su mirada penetre en la mente de los inocentes como dos faroles negros en un día de mucha luz, no es que tiene problemas cuando los demás compran flores, no es que está metido en un mar de lágrimas que hace olas con la espuma de su malestar, o en algunos casos, bienestar. No es que el mundo haya parado de girar, no es que el sol haya dejado de brillar, de hecho brilla más que nunca en una mañana donde las abuelas con joyas le compran helados de colores a sus nietos y la gente sale a correr creyéndose maratonistas bien temprano, bordeando la ciudad por Libertador disfrutando de su libertad. Porque tienen libertad. ¿La tienen? Y es que mientras camina se siente sapo de otro jardín, y se da cuenta de que todos están locos. Todos sumergidos en sus problemas, todos mirando la locura en el ojo del otro, todos mirando y riéndose a carcajadas de la forma de ser del que va caminando en la vereda de en frente, todos disfrutando de la desgracia del enemigo, alegrándose por los logros del hermano, llorando por el mal del amigo. El loco es el que está al lado, el que se viste mal es el otro, el que fracasó es un tercero, Harry Potter vive en un mundo de fantasías, los drogones hacen música y pintan cuadros y aparecen en la televisión. Siempre, siempre la locura es ajena a uno. No es que uno sea perfecto, ¡cómo decir eso! Uno se equivoca y tropieza día a día noche a noche. ¡Pero qué es lo que pasa entonces! Es que todos estamos locos, inundados en la psicopatía interna que nos disfraza y nos dice que todo está bien, que las lágrimas son pasajeras, que pasamos por pozos de los cuales salimos fácil y rápidamente, que si somos lokos entonces lo somos con ka porque es más gracioso y suena más remoto más efímero más imposible más lejos. Y entonces el kiosco de maxi o el maxikiosco o  kiosco y maxi o un kiosco grande y un maxi pequeño porque maxi está loco y loco con c. Porque yo no soy maxi porque maxi es el otro y pobre maxi que nada tiene que ver con toda esta locura este nudo este embrolle y desaparecen las comas porque aparece la confusión no hay orden en lo que se dice menos en lo que se lee y nunca en lo que se hace. He said, we haven´t had that spirit here since 1969. Se hace lo que se puede cuando se puede como se puede y siempre buscando la más mínima escusa para poder sonreír, aunque sea del loco que tenés al lado. Pero vamos ey, reíte de vos también querida, que quieras o no, estás tan loca como yo.  

jueves, 29 de noviembre de 2012

Julieta, sé que estás ahí

Sacá a relucir tus encantos Julieta, vamos, que es la única que queda. ¿Pero qué Julieta nene? ¿De qué hablás? Soy Mechi. Mas sí. Tras una mala pasada, tras un mal momento con alguien que no sabe ver el esfuerzo en los ojos de otro, que no sabe escuchar lo que el otro tiene -con tanto empeño, esperanza, ilusión- para decir, que con ojos amenazantes espera tu derrota, que con tono vengador de algo pero no sabemos de qué te desafía al abismo de lo imposible, que se ríe de tu risa y de tus ojos incrédulos que se rehúsan a contemplar lo que está sucediendo, que desvaloriza horas y horas de concentración y a veces no tanta concentración, que juega con tu conciencia, desvía tus pensamientos, aleja los conceptos, hace que las palabras se vayan con un estornudo, cuestiona tus ganas de seguir, hace que te caigas para que sí o sí vuelvas a levantarte, te hace sentir como un pecesito recién nacido en medio del Atlántico, te genera una sensación de resentimiento no por el fracaso sino por el mal trato sin necesidad alguna, porque podríamos charlarlo bien, ¿no? Pues para qué semejante ceremonia, el show must go on dejémoslo para la noche, sólo quería contarte lo que sabía. Y creeme, era mucho. Buen, vos te lo perdés. Ah, sí, obvio, yo me jodo. Este es el imperio en el que gana el que tiene el poder y el que tiene el poder sos vos, suficiente. Y bien, qué mejor que matar el tiempo en un bar criollo, porteño, clásico, familiar, no es domingo pero parece dominguero. Muchas otras formas. Pero bien, olvidémosnos del episodio anterior, siempre hubo y siempre habrá mala gente. Sigue tu rumbo alma solitaria que le gusta la soledad. Bar, entonces. Sin hambre pide un tostado que comer por comer está de más, pero hay que pedir algo para sentarse. Falta música pero no parece porque los mozos hablan y hablan mucho. Sigue pensando ya sin frustrarse, sigue recopilando cada palabra y cada mirada y duele, piensa mucho, para variar piensa de más. Y de tanto pensar sigue un zig zag que solo la mente entiende y la imagen mental culmina en la billetera. Mierda, mierda, mierda. Esperemos que no. ¿Sí? M, no sé. Puta... quince míseros pesos. Los cinco generosos con monedas. "Perdón, ¿cuánto salía el tostado?" "Veinticinco señorita", contesta esa voz simpática. Mierda, ¡mierda! Dale, ¿ahora me vas a decir que no sos Julieta? Vamos flaca, te conozco... ahí, ese tipo, vestido de mozo, ese es Romeo, ¿no lo ves?  

domingo, 25 de noviembre de 2012

Las cosas como son


El perro siempre estuvo dispuesto a darle amor y él lo traicionó. Lo único que quiso era recibir cariño y él lo apartó. Como quien abandona a alguien en una ruta y ni siquiera se da vuelta para mirarlo, lo dejó. Sin una puta luz que ilumine algo de ese camino oscuro y lleno de escombros, se quedó solo, tirado, sin saber a dónde ir, de dónde comer, de quién recibir caricias, con quién compartir un momento frente al fuego. Eran amigos, llevaban una vida juntos, se contaban todo. O al menos uno hablaba y el otro escuchaba, a veces mirándolo, otras no. A veces despierto y otras dormido. Pero en fin, siempre estaba ahí. No era lo mismo su presencia que la nada, iban juntos a todos lados, eran más que amigos. Un vínculo que creía indestructible se esfumó como se esfuma el humo del cigarrillo, ese que prendía siempre que salían a pasear. Porque sí, lo sacaba a pasear como quien saca a pasear a alguien que quiere, que busca que juntos disfruten del aire libre, como quien simplemente añora un pedazo de naturaleza por día, una cuota de frescura al pasar. Se atuvieron al sentimentalismo, nada fue más allá que eso, lejos del materialismo siempre se trató de emociones y sincera compañía. Cada vez que lo veía venir movía la cola y estiraba las patitas, esperando que el otro se posara sobre él y durmieran una siesta juntos. Y ahora no duerme porque tiene frío, no corre porque no tiene fuerzas, no busca porque sabe que no encuentra, no mueve la cola porque nunca está contento. Solo está solo. De vez en cuando viene un viejo a tocar el violín, se acuesta bajo un puente y sueña. Como solía hacerlo al lado de su amigo, pero claro, éste ya no está. Recuerda las tardes de ocio y música y se pregunta qué música estará escuchando ese viejo amigo en esa vieja casa junto a ese viejo perro que alguna vez amó. Para qué seguir pretendiendo que se quieren cuando evidentemente la distancia y la decisión de mierda de uno pudo más, la falta de empeño fue más fuerte que el amor, la mentira más grande que la verdad, el silencio más largo que las palabras. En vano la falsedad, no se justifica la hipocresía. Mejor lejos y sinceros que juntos y traidores.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Decidido a vivir


Son las experiencias las que incitan a escribir, y el amor, a vivir. Hoy, con centenares de corazones que celebran sus ochenta y cinco con él, levanta la cabeza y con esperanza dice que aún en semejante dolor, aún con semejante pérdida y después de tantas noches sumergidas en llanto, la vida es digna de ser vivida. Un regalo demasiado valioso para dejar pasar, así que con voluntad y convicción decide aferrarse a ese don y exprimirlo. No fue feliz, es feliz. Porque hay sonrisas que le dibujan un porvenir, hijos que confían en la unión, amigos que como amigos, son fieles a la lealtad y leales a la fidelidad. Y aunque el amor de su vida ya no esté, aunque la razón de su existencia se haya esfumado como el humo y con el viento, aunque el sol de sus mañanas y la luna de sus noches hayan desaparecido de forma repentina y sagaz, ella está más cerca aún, duerme con él, respira a su lado, llora cuando llora y sueña cuando sueña. Lo ama más que ayer y no se sorprende de verme cada vez que me la encuentro en sueños. Hoy algo cambia, todo el sufrimiento recobra sentido y la mirada frente al mundo da una vuelta al costado. Fuimos hechos para amar, entonces amemos. Él la amó y ella lo espera, canta con los ángeles y se regocija con el sol. Porque algún día estará con él, algún día estaremos todos reunidos, de vuelta, y los tesoros de hoy no se comparan con los tesoros de mañana. Es ella quien le sigue apostando a un Cielo eterno. Vivieron un amor sin condiciones, un amor en MAYÚSCULAS, un amor para siempre. Un amor de verdad, que todo lo arriesga y todo lo puede. Esta vez la palabra amor no abunda, no se excede, no exagera. Porque tiene una connotación y un significado en sí mismo, no es estéticamente redundante y no molesta a los lectores. Porque supieron amar, y para eso fueron hechos. Amar a los pájaros, al viento, al mar y a las flores. Hoy reina la fiesta, siempre hay razones para llorar y más de mil para reír, dejemos de lado la oscuridad para deleitarnos en el regocijo del amor. Si son merecedores de semejante felicidad o no, no lo sabe. Pero son felices al fin, y se atreven a serlo. En esta jornada nos nutrimos de los recuerdos, son bonitos y sensatos, mas a posar la mirada en el futuro, que desafiante y atractivo se asoma para que nos inundemos en él, en su canto que es un clásico tango. Ya que no está solo, los corazones terrenales lo aman y los ángeles celestiales velan por él. Bailemos al son de la música pues y soñemos con la playa, que de alguna manera, refleja su belleza y todo lo que fue. 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un recuerdo hecho puñal


Y qué te está pasando querido amigo mío, por qué estás tan solo, tan lejos, el camino te es lejano y los sueños ya no existen para vos. Qué cuento habita hoy tu pensar, qué miedo perturba tu mente, qué añoras con lo más profundo tuyo. Y es que sigues añorando, oh mágico portavoz de una voz que no habla pero ruge, dueño de ojos negros que ya no ven la sonrisa en el sol.  “Con felicidad yo canto” y tu canto se diluyó como se diluye una gota de tinta en un mar de lágrimas. Nostalgia que de bello nada tiene, dolor más profundo que el que sufre el abandonado, pena más triste que la soledad. Hoy tus pasos tienen un único rumbo, el olvido, caminas para no volver, corres sin fuerzas, hacia un fuego que no calienta, una noche que no acoge ni a la más mísera estrella. Hoy el agua no te sacia la sed, la fruta no mata tu hambre. Los amaneceres son redundantes y el atardecer indica que llega la noche, y con ella, la desesperación. Tu corazón palpita y no le encuentras un sentido, ay amigo del alma, si tan solo vieras qué valiosa es tu alma, cuánto goce hay a tu alrededor, cambia esa mirada agonizante pues hoy es el día para ser feliz. No mañana, no te regocijes con las alegrías del ayer, no te hundas en un túnel sin salida, no creas que las pasiones que matan tengan finales abruptos, violentos, dramáticos. No es que sólo así sea romántico, no solo lo trágico es memorable a los sentimientos. No estés solo. Acompáñame a mí en esta paupérrima vida que llevamos por separado, quiero saber qué amas y qué te hace feliz. No se puede sobrevivir en semejante desdicha, por qué dejar que nos carcoman las bestias que todo lo devoran, impiedosamente, sin remordimiento, sin pena. Únete a mi llanto y lloremos juntos, pues la luna nos acompaña y se le escapa una sonrisa, ya que junto con los astros, entienden lo que es invisible a nuestros ojos: juntos nos odiamos, y separados, nos amamos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Que hay que exprimir, hombre


“Que sacarle al jugo a la vida, te digo”.
“Que no entiendo lo que dices”.
“Que no me entiendes y no te entiendo. Que esto de la rutina no me gusta, que esto de hacer lo que hacen todos no está bien, que cada uno es feliz de manera diferente y que nadie puede juzgar a nadie por eso”.
“¿Qué quieres irte al África, algo por el estilo, dices?”
“Que no. Que no se trata de eso. Que la cosa vira por otro costado… que hay que atravesar los límites del amor, las barreras del viento, las melodías convencionales. Ya, ¿entiendes?"
“¡Joder! Que quieres pasar semáforos en rojo”.
“Que tus ojos son mundanos. Que la vida es demasiado bonita y que no me conformo con conocer una pequeña porción de ella, que hay que sacarle jugo, eso digo, que hay que conocer cada rincón, enriquecernos de distintas religiones y culturas. No traicionaría las mías, claro que no, pero así como quien dice que la realidad supera la fantasía, créeme, mis sueños son fantasiosos, y si la realidad los supera… entonces a realizarlos, ¿verdad? Si ni aunque lo hubiésemos soñado hubiese sido todo tan delicioso”.
“Que me sacas de mis cabales, hombre. ¿De qué hablas?”
“Que es todo un regalo del que nos amó, ¿lo ves? Que yo sepa no ganamos ningún campeonato para merecerlo…  mira, tu lo ves con tus propios ojos. Que hay mar, que hay nubes, que hay árboles, que hay verde, montañas, nieve, que hay sol, que luna, que estrellas, cientos de especies y animales, que hay arena, que hay pasto. Viento lluvia frío calor. Cuando pudo haber sido todo tierra. Que detrás de todo hay un amor infinito y una inmensa originalidad”.
“Me dejas pensando, hombre…”
“Bien, de eso se trata. Pensarlo y no dejar que semejante obra artística, musical, pase desapercibida. Asómbrate, sorpréndete, maravíllate, y así, siendo un poco más niños, seremos más felices”.
“Que suena poético”.
“Que en todo hay poesía. Que quiero conocer la poesía implícita en cada hombre, mujer niño y anciano. Que quiero descubrir la poesía no sólo en el tango, sino en el rock, el blues, el folk, lo clásico, la cumb… no, que es más fuerte que yo. Que hay poesía en el mar y hay poesía en un beso. Que hay mucho por vivir y conocer. Por leer y escuchar. Por decir y entender, eso hombre, eso digo”.
“Vaya, qué cojones. Tienes ochenta años hombre, y suenas como uno de cinco”.

lunes, 29 de octubre de 2012

Me parece que no estás recibiendo el mensaje que te mandan los árboles

Mentiras las hay desde que empezó a girar la Tierra, y los ladrones llegaron con la venida del mundo. La tentación vino con la carne humana, la corrupción apareció con las relaciones interpersonales y la debilidad es parte de nuestro más íntimo ser. El mal siempre existió, y con él, todo lo que implica. Arrastra consigo todo lo que ve y todo aquello que puede, lo transforma. Lo que no, lo deja a la merced de la fortaleza del hombre. El discernimiento arduo entre una cosa y la otra, los valores morales que no todo lo pueden, un modelo que no siempre es modelo, una vida que cuesta llamarse vida. Derrota que muy a menudo se asoma, victoria que esboza una visita cada muerte de obispo. Y sin embargo, "que mal que estamos che", "estamos peor que nunca", "nunca vi todo tan hecho mierda", "se fue todo al carajo". No se sabe aún si es la lluvia que hace de la sensibilidad una sensación que eriza a flor de piel, pero se siente. Porque la droga ya no es droga, el alcohol ya no es alcohol, el mal ya no es el mal y robar, claro, no está mal. Y sino pregúntense a dónde está la plata que pagan mes a mes y por qué tenemos rieles del siglo anterior. Vamos che, ¡vamos! ¿Y es que verdaderamente estamos para atrás? ¿Tan para el carajo? "Buenos tiempos eran los de antes, cuando podíamos jugar en la calle y salir a tomar un helado tranquilos". Pero antes hubo guerras. Siempre hubo prostitución. "Mi tiempo todavía no ha llegado", ¿pues será este tu tiempo Nietzsche? ¿Hemos matado a Dios? ¿No tenemos conciencia ya de lo que está mal, no sabemos ya lo que está bien, es que ya joder al de al lado nos importa poco y nada? O mejor dicho nada. La gravedad del asunto se radica en joderse a sí mismos. Porque es nuestra mente la que destruímos, nuestra imagen -ante nuestros propios ojos- la que defenestramos, nuestra vida la que corrompemos, nuestro cuerpo el que matamos. Poco a poco, paso a paso, lentamente, como quien busca una muerte penosa, leal a la desesperación y hundida en el dolor. Y es así como los adultos se quejan, sin ser concientes de que somos la generación que les sucede, sin darse cuenta de que no somos más que la respuesta frente a sus decisiones, su falta de códigos y ese barro en el que escondieron sus mentiras, sus negocios, su juventud reprimida. Date cuenta de que no estás escuchando la música, esa guitarra que quiere paz para tu verdadero vos, ese árbol que acoje pájaros que te cantan a vos y nada más que a vos, esa montaña que quiere que juegues con ella. No llega el mensaje no porque no sea claro, sino porque estás reacio a recibirlo. Y como pocas veces se transforma algo en mí y empiezo a escribir en primera persona y mientras escribo transpiro porque Pavarotti canta y canta fuerte. Con las emociones a flor de piel, sí, pero una realidad que no hace más que rectificarla, verificarla, una multitud que aunque triste es vital y enérgica, pero no hace más que justificarla. Un futuro que no certifica esperanza y una esperanza que está muerta, enterrada, bien abajo y saludando a las catacumbas, esa vieja esperanza (¿qué era esperanza?) que quedará como escombros para una vida dentro de otra vida futura y muy lejana al día de hoy. Mientras tanto, buscamos libertad en una jaula sin salida, como discípulos de Sísifo escalamos sabiendo que vamos a volver a caer y nos conformamos con la tristeza en la que nos vamos sumergiendo medio concientes y medio dormidos, con un oído fuera del mar y otro adentro. Porque ahora la apertura de las personas está en no aceptar la realidad del que está al lado, y cuanto más lejos de nuestra propia realidad estemos, mejor. Cuanto más facil se nos hace ser feliz a un costo barato y consecuencias caras, mejor. Cuanto menos veamos el dolor en nosotros, mejor. Cuanto más nebulosa sea la vista, más lejos sintamos las estrellas y más ideas tengamos para componer canciones, ¡MEJOR! Que los pájaros canten y que tus besos se vayan con el mar, ese que se escapa de mis ojos entre lágrimas que no soportan ver a mis amigos desconocidos del camino matándose a droga.
 



Viene el invierno, cae la nieve, rugen las tormentas, el mar se pone violento, las gaviotas se van con el sol y el faro cada cinco segundos, prende su luz.

martes, 23 de octubre de 2012

Teoría del individuo que huye


Y mientras ellas se ríen de sus propias desgracias porque es la única salida gratuita dentro de semejante túnel -que sólo con pensarlo ve cómo colapsa entre charcos y murciélagos que pispean sin pispear porque no ven- un recuerdo se trasluce por las rejas que aparecen aludiendo a Shutter Island y Andrew Laeddis y Edward Daniels y una cárcel o celda o prisión, sea lo que haya sido que pensó Scorsese. Siempre turbia, siempre sucia, siempre reacia a la compasión y cerrada a la misericordia.


Pero de alguna manera (y esta vez queda pendiente descubrir si es incertidumbre o certeza, esa que le hace pensar porque quiere pensarlo así y se convence entonces de que es así) sabe que no todo termina ahí, en ese mísero "no sé que me pasa". A mí tampoco sé que me pasa, el hecho de que me haya involucrado con el texto hace sonar una campana... Pero mejor no meternos en ese terreno. Mas no, no todo se termina ahí. Ni él es tan cobarde ni ella tan imaginativa, loca, loquísima, de remate...o tal vez sí. Y no es él quien se asusta sino ella la que teme la llegada del otoño y el final de un verano, porque en algún momento la espuma del mar se acaba y el sol deja de quemar. Llegan entonces los árboles pelados y las películas de miedo. Pero las luces de colores permanecen, debajo, muy MUY ¡MUY! debajo de esa oscuridad que ellos dejaron al partir. Que así como vinieron se fueron. La paradoja de la partida es la frialdad con la que así lo hicieron, y su llegada, la calidez con la que abonaron. Y es que acá nada es gratis, acá no se puede vivir del amor y una casa no se puede comprar con amor pues Ricardo Arjona -y para los que saben y comprenden- Luis Alberto viene a pagar los platos rotos. Música y alcohol para olvidar eso que como un meteorito, vino con ruido y partió en el silencio. Sigiloso, misterioso, con la cabeza gacha, como el amante que abandona la casa en el medio de la noche, y camina en puntas de pie, y mira para atrás, y no hay nadie que le haga de guardia, y le tiemblan las piernas y le late el corazón fuerte y cuidado che, que te van a agarrar.


Y la sonrisa permanece, porque al fin y al cabito o cabón (todavía no sabe cual de los dos), everybody hurts sometime. Y claro, qué iba a esperarse de ellos, no todos, sino de ese porcentaje importante y representativo de los individuos de este mundo en el que las anticuadas reprochan que "hombres eran los de antes" y las historias de amor no existen y García Márquez y Cortázar sueñan cuando hablan de la pasión eterna y sentimientos que no mueren y Axl Rose fuma cuando habla de un paraíso hecho ciudad. Y ey, retomemos que esto se fue al carajo, como  picaflores fieles a su labor y verdaderamente enamorados de su quehacer, los otros siguen su rumbo, vendiendo humo para poder comprar vaya a saber uno qué fruta. Tentadora y atractiva por fuera, pero reseca y agria en su interior. Y entonces, nosotras sonreímos frívolamente.


lunes, 15 de octubre de 2012

Luchemos por más verde


El mundo que no frena porque si frena no produce. El hombre que no se aquieta porque si se aquieta no consume. La mente que no para porque si para no maquina. Las piernas que no descansan porque si descansan no avanzan. Pero el viento en algún momento frena, el pájaro anida, las gallinas ponen huevos, la lluvia apacible cesa y hasta el tigre en algún momento abandona su presa y se va a dormir. El sol y la luna desaparecen por un rato y las ballenas bordean el océano. El tren ruge al avanzar y el hombre avanza con él, nadie quiere quedarse afuera del monstruo que si lo miras mal te roba el oxígeno y si no lo respetas, te roba la vida. Una paradoja más para quien en lo absurdo encuentra lo cotidiano, para quien en lo oscuro descubre el placer, en la enfermedad una gota de temor. Cínico. Mas hay que irse lejos de la turbulencia para encontrar la paz. El exceso de movimiento enloquece y las ventanas reflejan una realidad envuelta de humo gris. Triste como quien en una bolsa de basura y cáscaras de banana encuentra un perro muerto. Menos clases y más parques, que bajen las obligaciones y suba el verde. El corazón palpita acelerado, y con él corren los malentendidos, se deslumbran los tropiezos y la siesta brilla por su ausencia. Las canciones de los grandes quedan atrás, los clásicos literarios se apolillan en los cajones, las verdaderas riquezas espirituales escupen polvo y se ponen amarillas. Vira la atención de todos mientras se atan las corbatas y se abotonan los sacos, los anteojos dejan que trasluzca la verdadera identidad de esos ojos que anhelan verde, y el pelo se vuelve gris. Como el humo de la ventana.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Es doloroso salir por la ventana cuando todos salen por la puerta


“Allí donde está tu tesoro estará también tu corazón”. Ese tesoro solo se encuentra buscando. Y se nos fue prometido que si buscamos, encontramos. Lo difícil ergo el dolor llega cuando inundados en esa larga búsqueda encontramos lunas cuando todos hallan soles. Es entonces cuando los escombros joden y los zapatos pesan, porque cuesta virar la vela y navegar contra el viento. Darse vuelta y correr como cangrejos para atrás. Cerrar la puerta con llave y salir por la ventana. Cuando se supone que lo diferente atrae, lo raro nos llama, lo distinto genera curiosidad… y la tormenta llega con esa fina línea que separa un mundo loco del otro cotidiano. Esa línea que por ser tan fina y tan delicada se convierte en un mero punto. Porque estamos lejos del límite. Y a la vez, lo bordeamos. Y se mezcla todo, la ansiedad por querer verlo todo, la adrenalina de correr y saltar y bailar para poder experimentar más movimiento, la sed de amor y la intriga que genera lo desconocido, el  querer leer todos los libros, ver todas las películas, escuchar todas las canciones, abrir el espectro y ampliar el ángulo de visión, conocer  aún más, alejarnos de esa puta línea y que todo se una, que los dos mundos y los miles que andan dando vueltas por ahí se fusionen, así todo se unifica, y nos hacemos one tribe y lo compartimos todo, con nuestras diferencias, nuestras similitudes, nuestras locuras, nuestra sed de vivir, de reír, de compartir. De soñar con el pasto y crecer con el sol, ir a recitales y acostarnos con el mar. Y actuar acorde a lo que pensamos, y creer en lo que creemos, y hacer lo que queremos. Que la mirada del otro sea una mera hoja en el viento, o no, menos que eso. Porque ir por la ventana cuando todos van por la puerta duele, y duele fuerte. Porque es una pieza del rompecabezas que no encaja, un froot loops negro, un pelo negro en la cabeza de Einstein, un  Charly García sin bigote. Pero es entonces cuando aparece la música y todo se vuelve blanco, se da cuenta que vale la pena atravesar ese dolor para vivir la alegría, y estar con uno mismo se vuelve algo bonito y digno de ser vivido,  encontrar lo que hay ahí adentro es una sorpresa grata y nos alejamos del miedo. Porque el verano existe, y con él llegan todos los colores. Y esas lunas que encontramos brillan en la noche para que se complementen con el sol que brilla de día. Salgamos por la ventana sin miedo entonces y dejémosnos llevar por el camino. Que aunque turbulento y revoltoso, es bello y placentero. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

La vida es sueño y los sueños, sueños son*


Mi sueño es soñar y seguir soñando. Es vivir en un lugar donde todo el año sea verano, el sol queme hasta el fuego y la noche no sea fría. Donde el mar permanezca cerca del todo y los atardeceres sean  constantes. Una rutina. Donde tomemos en la playa y de noche haya luces de colores que alumbren la parrilla donde se cocina un asado para muchos. Sueño con que haya perros siempre, en todo momento y en todo lugar. Sueño con un mundo vacío de hipocresía, con gente que deje de hablar y deje de soñar como yo, y en vez de eso, actúe. Active. Haga realidad sus sueños. Sueño con que haya más poetas y menos guerras, más silencio más música y menos ruido. Sueño con todo menos con la ciudad, colectivos y trenes. Sueño con que el peace train de Cat Stevens realmente exista. Con amigos y familia. Árboles y desiertos, libros y armónicas. Sueño con un mundo donde el esfuerzo sea remunerado y la gente ande más en bicicleta. Mas dejémosle los dreams a MLK. Nosotros, mientras, vivamos mientras estemos vivos. Y hagamos de esto lo mejor que podamos. Que no estamos acá al pedo. Porque todo está por algo. El espantapájaros espanta pájaros. Los sueños sueñan sueños.           

Frase de la obra de teatro de Pedro Calderón de la Barca, "La vida es sueño"                                                   

lunes, 10 de septiembre de 2012

Vuelta de tuerca

Que el chico no se caiga Martin, cuidado, cuidado. Está en el pasamanos, que vaya a la hamaca que es más seguro. Pero le habla al aire porque Martín no está. Está ella, sola y con un hijo en sus manos.

Va caminando por el jardín del río al lado de los juegos y se pregunta si fue lo mejor dejarla... la extraña. Le duele, y era lo que temía.

Cien, doscientos, trescientos... no llego a fin de mes. Todavía me quedan las cuentas a pagar del mes pasado. Pedalea y pedalea, la bicicleta avanza y con ella la adrenalina y el llanto.

Los rayos del sol pegan en el río y se reflejan en su rostro. Me molesta que piense eso de mí. Tengo quince años, es el momento para hacerlo. Y es obvio que Juan se va a poner de su lado.

Qué hago, la invito a salir o no. La última vez me sacó cagando. No quiero jugármela para que después me salga todo mal. ¿Y si después de todo este tiempo que pasó está con otro flaco?
Imaginate si me la encuentro acá en el río con alguien... me muero.

Flavia me dijo que me iba a venir a ver acá y todavía no vino, está empezando a levantarse viento, los pescadores se abrigan. Y yo con 82 años y sin una campera. Otro día más que no apareció.

Mañana tengo un final y yo acá tomando sol y tomando mate. La puta madre no puedo disfrutar del momento.

Me preocupa que Lucas no se cura, esto no termina más. Es agobiante. Quiero traerlo al río para que por lo menos tome un poco de aire. Pero sigue encerrado en esa habitación de sanatorio, con olor y paredes y un escenario frívolo.

El cigarrillo sigue dando vueltas y sus miradas se pierden en el horizonte efímero de un río sin principio ni fin. Se marean y lagrimean.

Y abren un libro y un punto de giro.

Agarra al chico, lo lleva del pasamanos a la hamaca. Le da un beso. Ella se sube en la de al lado y de la mano, van de atrás para adelante. De atrás para adelante. El viento le acaricia la cara y le hace bailar el pelo, que suelto se deja llevar por lo salvaje del momento. Salvaje por lo que la espera. Está sola, sin Martín. Pero en definitiva lo tiene a su hijo. Paso a paso día a día, reflexiona. Y al ver al chico sonríe, porque algo fuerte le dice que juntos y unidos por amor, van a poder.

Sí, le duele. Le duele porque la extraña. Pero se queda con lo vivido y lo compartido. Con los recuerdos que nada podrán borrar y robar. Si terminaron por algo fue. Si ya no daba para más evitemos el sufrimiento. A mirar para adelante ahora, que la vida sigue y el tiempo no corre. El río sigue la corriente, los peces la carnada, los pájaros vuelan al sol.

Y entiende que está apretada. Con la plata y lo que implica. Pero venir acá es gratis. Mirar el sol es gratis, dejarse llevar por el río es gratis, disfrutar del sonido de los pájaros y ver a los chicos jugar y a los grandes abrazarse, es gratis. Y mientras todo esto así sea, ese sentimiento de felicidad permanece. Y eso la plata no me lo puede sacar. Ni hoy ni nunca.

Pero que Juan se ponga del lado que quiera. Si en definitiva yo sé que tengo razón. Si estoy con ella no es por capricho, es porque hay algo más fuerte que nos une. Que piense lo que quiera. Yo me conozco y estoy seguro de mi decisión. Lo que importa es que uno crea en sí mismo, que sea auténtico y que poco le importe lo que piensen los demás. Yo sigo mi rumbo, que los demás sigan el suyo. Como ese chiquito, que corre para atrás mientras todos sus hermanos corren para adelante.

Está ahí. No está con otro flaco, está sola. No te la puedo creer, estoy en shock. Qué hace acá, si nunca viene. Está tomando mate, como siempre. Y la mira y suspira. Y la silueta de la bella dulcinea baila al son del viento, mientras que su pollera larga cubre la canasta con yerba y torta de chocolate. Los pajaritos comen las migas que ella tan delicadamente les regala, no sin antes llamarlos por su nombre y recitarles un poema. El se acerca, decidido, cautivado, enamorado.

El sol se va y no aguanta el frío. Se levanta para irse, y en eso aparece Flavia. Llegó, algo me decía que iba a aparecer esta tarde. Vino a verme, finalmente. Se acerca y camina entre los árboles que dibujan el paisaje y le dan su cuota de movimiento y grandeza. Porque claro, el río es sumiso. Y cuando se juntan las esencias se sienten, y un abrazo dice todo lo que una madre vieja y sola nunca le dijo a una hija flaca y sabia.

Mas esto es impagable. Estar acá pudiendo disfrutar de esto es único. Mañana tengo un final, sí, pero qué es de mi si por dar un final dejo mi amigo y mi necesidad, el sol del día. Ni la cabeza me funcionaría bien. Voy a estudiar lo necesario, pero no voy a traicionar a mi primer amor. Y entonces se relaja, cierra los ojos y se acuesta en el pasto. Siente la energía de la naturaleza y entiende, que para bien o para bien, esto es vida.


Es entonces cuando decide sacarlo del sanatorio y traerlo para que disfrute de semejante inmensidad. Acostumbrado al encierro y las paredes que encarcelan, su mente y su alma se fusionan y se vuelven una, y los brazos se transforman en alas, las patas en turbinas. Vuela como un pájaro y se libera de todas ataduras. El tiempo y Dios dirán el porvenir, pero este cuerpo necesitaba este aire. Gracias ma, gracias por este momento de ilusión.

Rompe con la seguidilla y el cigarrillo deja de circular. Esto se merece vivirlo sobrio y vivirlo bien. Mis sentidos tienen que percatarse de la magnificencia de la cual estamos hablando. La música de la guitarra suena mejor, las voces son más limpias y el cielo es más celeste. Porque todo es como realmente es. Disfrutemos de esto y démosle a la manzana el gusto que tiene la manzana. Porque así se lo merece y así me lo merezco yo.

Muchas vidas, muchos mundos. Infinitas preocupaciones, ninguna conexión. Individualismo que todo lo domina, esperanza que algo suaviza, un corazón que busca la luz. "Lean lo que les apasione, será lo único que los ayudará a soportar la existencia", escribe Sábato. Todos abrieron un libro. Se volcaron en las hojas y entonces, la percepción del todo negro y tenaz, viró.

martes, 4 de septiembre de 2012

Gothicaires

Se apagan todas las luces y la ciudad se vuelve negra. Solo la luna brilla y se impone ante tanta magnitud y soledad. Frenan los colectivos. Los semáforos dejan de funcionar. Los trenes no avanzan. Los perros no ladran, los gatos no maúllan, los pájaros no vuelan. Solamente las estrellas visten la única luz en una noche tan sola y tan penosa. Las hamacas de la plaza no se mueven… nadie ve venir la tormenta, porque no hay tormenta que venga. Todo se aquieta. La música calla y eso le duele. Pero las teclas quedan arriba, las cuerdas no tiemblan, hay viento y los árboles no se mueven. Y en ese reflector de luz, aparece su sombra. La capa se mueve y algo indica que todo va a cambiar. Que ante toda posibilidad y todo espectro de esperanza ausente, algo va a pasar. Se avecina un llanto, se avecina una sonrisa, se avecina el…. ¿mar? Con sus botas negras pisa los adoquines que cansados de tanta mierda, lo reciben apaciblemente. No vino porque lo llamaron. Es el hermano de la paz, el defensor de los débiles, el amigo de los bienaventurados y el enemigo de la muerte. Pero a veces para establecer la armonía es necesario cambios radicales, arrancar a los hijos de puta de raíz. Porque la vida les dio una oportunidad, y nada. Les dio una segunda, y tampoco. Vaya a saber uno cuántas más se les dio… y aun así, nada. La gente está cansada, agobiada de tanto chantaje, tanto garca. Entonces ahí, decía, no porque alguien lo haya llamado (aunque mal no hubiese venido, de hecho hubiese sido útil que alguien se hubiese avivado antes), pero sino que porque lo necesitábamos, vino él. Silencioso, sigiloso, en una noche donde el silencio abunda y el movimiento escasa. Donde hay sed de libertad y hambre de destrucción. Aparece en las tinieblas, y entonces, para bien de muchos y mal de pocos, se asoma en ese reflector el mismísimo Batman, para salvar a la ciudad de la corrupción. Para encarcelar a los criminales y castigar a los malvados que tratan de amenazarnos, manipularnos, mentirnos y controlarlo todo. Empuña su armadura negra y entonces todos sabemos que no todo está perdido. El mundo se frena para mostrarnos que finalmente, se va a hacer justicia. Siguiendo la frase de Dylan, “steal a little and they´ll put you in jail. Steal a lot and they´ll make you a king”. Basta. Basta de tanta mentira, de tanto fracaso, algún día iba a explotar todo. Como alguien alguna vez lo dijo, la mentira tiene patas cortas, y hoy llegó el día de nuestra recompensa. La noche sigue su rumbo, la naturaleza cumple su ciclo, el destino se hace fiero. La música vuelve a sonar, y un sueño se hace realidad. La verdad es la que vive, se muestran las cosas como son. La gente va en bicicleta a trabajar. Escuchan  reggae y no se putean, porque los trenes van bien y van a horario. Porque el sentimiento de patriotismo esta vez es real, porque hay alguien que lidera y gobierna y lo hace a voluntad de todo el pueblo. Porque quiere lo mejor para el bien común, porque no roba y no miente. Porque reza por el bienestar de todos, porque quiere esfuerzo, educación, trabajo y salud. Pero de verdad. Porque quiere recomponer ese país que hicieron mierda, ese que alguna vez lamentamos y hasta del cual nos dio vergüenza decir que éramos parte. Ese cuyos líderes Batman hizo literalmente mierda. Esas sonrisas, qué poco duraron en sus rostros… quién hubiera dicho que tan pronto se iban a borrar. Porque ellos pensaron que la gloria iba a ser eterna, que el dominio para con los más débiles iba a ser permanente, que la mentira era mágica y que a través de ella controlarían a un país entero. Que los pobres iban a permanecer pobres, y los maleducados, maleducados. Creyeron que las villas iban a crecer, que los ricos iban a desaparecer, que su reinado iba a ser invicto. Que podían seguir gastando plata y más plata en sábanas de seda mientras defendían y falsamente lamentaban el mal de otros y el hambre de miles. Realmente pensaron que las cadenas nacionales iban a seguir existiendo por siempre para cada pelotudés que quisieran compartir, o mejor dicho, imponer. Mas quién creería que semejante cantidad de dinero sería inútil una vez que viniera Batman a hacer lo que tantos temían. Con la justicia no se juega. Agarraron los valores y los hicieron una pelota… se la pasaban entre ellos, entre gobernadores, diputados, senadores, presidentes, economistas, vivieron lo suficientemente lujosos y cómodos en su nube de pedo, sonriendo como quien sonríe cuando ve a un cachorrito. Pero ese tiempo terminó. Se necesitaba a alguien fuerte, valiente, corajudo que pusiera las cosas en su lugar. A los buenos al mando y a los malos en las cárceles. Y allí permanecerán. Hasta que se arrepientan y vean todo el daño que hicieron, todas las familias que corrompieron, a todos los ancianos que desilusionaron, la esperanza que a tantos jóvenes quitaron, todos los pobres que aplaudieron y todos los ignorantes que mataron. Se metieron con la ética, jodieron con la moral, jugaron con los derechos de las personas, y pensaron que iban a ganar. Pero ahora el caballero de la noche les demuestra que la bondad triunfa y la maldad, por cierto, perece.

martes, 21 de agosto de 2012

Omnipresencia


Cuando la música añeja se fusiona con el sol, todo vuela. Los pájaros cantan y ella baila. Su corazón está contento, porque algo bueno viene. Juventud que todo lo alcanza y todo lo sueña. Y aparecen los ángeles entonces. Esos que siempre están pero muy a menudo esbozan una visita. Dejan una tenue luz al irse y aparecen con novedades. Muestran un poco de camino y alegran, siempre sin saber bien cómo ni entender por qué. Y ahí es cuando uno siente esa alegría inesperada, esa sensación linda e inexplicable. Quizás se derrama una lágrima, tal vez contempla una estrella o simplemente disfruta de la soledad y del silencio. O mira a su perro y se enternece. No entiende, pero en el fondo lo sospecha. Un ángel pasó de visita. No se hacen notar, y cuanto más secreta es su venida y más misterioso su mensaje, para ellos más efectivo es el código.  Muchas veces se aparecen a través de canciones. O para el que le guste el deporte, en un gol. Para el que le guste la naturaleza, en el calor del sol. Y al poeta, siempre le pasa en alguna plaza. A él le gusta cuando viene de un abrazo de un familiar. Ángeles, qué misterio. Dejan de lado la falsedad y van de frente, van al punto. Su misión es generar felicidad. Su medio es lo secreto. El fin el amor. “El perro que salvó al chico cuando se estaba ahogando…” “el bombero que rescató al gato del árbol…” “esa canción que la hizo llorar…” “esa manzana que encontró el vagabundo…” “ese pacto de paz entre los países en guerra…” Si hay algo que le da confianza y fe en la humanidad que tan corrompida está, en la que pocos creen, en la que el amor duradero y el amor en MAYÚSCULA es escaso, si hay algo que muestra un poco de luz en ese túnel gris, es la venida de un ángel.  Desconoce su morada, pero imagina que viven en jardines. Cerca del mar. Duermen en los árboles, pero permanecen en vela. Porque tienen una mundo que cuidar, una humanidad que fortalecer, villanos que combatir. Verdades que revelar y niños que salvar. Hoy son un misterio, pero algún día lo entenderemos. Y quizás entonces nos confesarán por qué se hacen los pillos. Y yo creo que es ahí cuando nos dirán que eso es lo divertido. Porque si no para ellos, ¿qué sentido tiene? Y seguimos sin entender. Pero ellos son la razón de nuestra risa. Así que agradezcámosles. Y cuando salga el sol en un día de lluvia y más lluvia aún, es un ángel que se esforzó para empujar al fuego y secar un poco el agua de la superficie. Los cartoneros, entonces, suspiran aliviados.

domingo, 5 de agosto de 2012

Depredadores


Parecen animales hambrientos en busca de presas que se esconden. Presas exquisitas y difíciles de capturar que se hacen desear mientras ellos, los depredadores, manifiestan deseos de satisfacer los requisitos que implican las locuras ridículas de sus mentes que sedientas de éxito encuentran la belleza en el logro. Sea este una excelente toma de cámaras, una sutil proyección de luz, una espectral calidad de sonido, un vestuario perfecto y un invitado importante. Un juego divertido y un juego con amigas. Y risas y chocolate. Letra legible y carteles que significan todo para alguien que lejos de improvisar, lee. No escucha, mira. No baila, canta. Cada loco con su tema corre y –seamos optimistas- alcanza objetivos. Y si estamos en lo mismo, el resultado brilla. Un equipo con partes que difieren una de la otra, que se complementan en sus diferencias y disfrutan de sus semejanzas, y a pesar de sus salidas y sus cortocircuitos, si carece una de la otra, fallan. Pero juntas, funcionan y triunfan. Aparecen las luces y se calienta el lugar. Con las siluetas perfectas, con los cuerpos descubiertos, con las miradas fugaces y los choques entre personalidades fuertes. Voces que no callan nada, y con razón de ser, lo dejan todo al descubierto. Música que acompaña el ambiente, una voz que no suena sin volver todo más bello y más perfecto, provoca pieles erizadas y sube los pelos. Los pone de punta. Porque revuelve emociones y saltan las olas. Rock n roll para todos, basta de cumbia. Pero se hace lo que gusta. A veces lamentablemente es una cuestión de números. Pero al compás de la música se mueven, porque disfrutan lo que hacen. Y entonces comienza la fiesta. Las corridas y los abrazos, las puteadas y las sonrisas. Porque lograron capturar la presa. Porque cumplieron con lo pedido. Porque hicieron un show y lo hicieron bien. Porque jugaron un juego y salieron victoriosos. Porque se divirtieron y ante todo y todos, la pasaron bien. Ba, un poco más que bien.  

domingo, 22 de julio de 2012

Joviales


Lo secreto permanece en la osadía de un encuentro fugaz. Lo que no se sabe quiere salir a la luz. Lo que se sabe aburre, y ya no es novedad. O se sabe y se quiere saber más. Una de dos. Y se dan de la mano cuando las miradas buscan otras paredes y las voces otros sonidos. No se conocen, pero se sienten. No saben nada uno del otro, pero se exploran. Vienen de mundos distintos, y lejos de querer parecerse, tienen el valor de verse así. Mas se asemejan y chocan, justo en esa línea en la que las diferencias se fusionan a la par y se rozan las educaciones, los movimientos, el ritmo. Música en común, sonrisas que se escapan. Un guiño se atreve a asomarse, e inquieto y revoltoso, se asoma.

miércoles, 18 de julio de 2012

Querido Ruso


Querido porque lo amaron, Ruso porque así lo fue. Feliz porque le hicieron un lugar, contento porque fue al campo, trepó montañitas, persiguió pájaros, disfrutó del sol y conoció el río. Simple porque fue perro, importante porque fue el y fue fiel.

El verbo en pasado porque ya no está acá, un reconocimiento porque fue especial, y una sonrisa esperanzadora que indica que algún día nos volveremos a cruzar. En ese majestuoso musical, en ese paraíso celestial, en el que el ruido de sus patitas indica que se acerca y que ya nada va a volver a ser igual.

Blanquito y flaquito alegró muchas vidas, con sus ojos inocentes se dejó acariciar, y con la cama en su cuarto la ayudó a soñar en paz. Pequeño pero no indefenso, y para con ella, protector.

Alegría extrema al pasear… ay si todos fuéramos un tanto más perros que humanos. Una caricia lo sería todo, un paisaje verde sería un sueño hecho realidad, y un plato de comida sería todo lo material. El resto, claro, pasa por los afectos. Sin conveniencias, él todo lo que quiso fue jugar. Y estrellas en la noche pudo contemplar, ríos fue a visitar, y más relevante aún, una familia supo alegrar.

Ruso corre ahora en otros prados, pero los recuerdos quedan. Los frutos permanecen. Lejos de remplazarte, buscan recordarte. Y cada árbol y cada canción que nos recuerde a vos y a tu sexy silueta, pues entonces será un árbol lindo y una canción bonita.

Gracias por lo que diste en esta vida. Aguardamos ansiosos esperarte en la que sigue, veremos ahí qué tanto más tenés para entregar. Hasta allí y hasta entonces, adiós.

martes, 10 de julio de 2012

Un paso al costado


Lo que antes hacía que el verde fuera más verde y el cielo fuera más cielo, hoy hace que todo sea nebuloso, y esa humedad triste opaca la nitidez de una realidad que lejos de ser cruel, es ella como es, bonita. Por qué estar viviendo lo que es negro si se pueden experimentar colores y vivencias nuevas. Pero coraje y valor van de la mano, y sus ojos se enfrentan con los suyos. Para nuevamente, serse fiel. A lo que es, a sí mismo. A su persona. A las cosas como son y los arcoíris como deberían ser. Coloridos. Y qué mas lindo si sirve para escribir, si despierta emociones y con ellas una buena reivindicación a lo que siempre fue. Único, imponente. Amante del sol y una atracción peculiar por lo complicado. Y es que un pasadizo es el que se cierra, y otros miles son los que se abren. Y volvemos a lo de siempre… ¿qué es lo que siempre quedan? ¿De qué nos nutrimos para siempre? De los benditos recuerdos, por eso, a vivir. Tus palabras Juanita fueron luz. Y qué era de esperarse, viniendo de vos. “Recordar es volver a pasar por el corazón”. Lejos de nostalgia, remplaza ese sentimiento por otro. Novedad, intriga tal vez. Mas ciertamente felicidad por el crecimiento, hasta un poco de orgullo que se esconde con vergüenza. Entre las manos que se entrelazan suena Your Latest Trick, y mientras Knopfler acompaña sus letras con su guitarra y sus dedos que no empuñan púa alguna, se miran. Y sonríen, y después de ese tiempo que pasó, que se diluyó en el aire hace rato, esos días que secundan en el fondo de las aguas que ya bañadas en flores marchitas enloquecen y desesperan… y las tierras apacibles cantan en paz bajo el tumulto de esas olas. Sonríe al leer, y lo siente. Sonríe al escribir, y lo sabe. Y eso que siempre fue y nunca fue ya no va a ser. Eso que nunca se dijo y alguna vez se empezó a decir, ya no va a ser dicho. Porque es así, porque son así. Distintos. Y ahí, ese momento en que lo meramente superficial empezó a confundirse con un poco de lo esencial, tocó fondo. Las estrellas así lo quisieron, entonces así lo hicieron.