Un despertar agitado e inolvidable por un dejo de
resaca y gritos. Aceleran para no perder el día, pero ¿era necesario despertar
al alba? La hiperquinética ya no camina, corre al supermercado para desayunar
como se debe. Agarran lo primero que ven y con una hora de sueño embarcan en la
camioneta escolar (porque son escolares que van a una excursión) y solamente
falta el guía que pregunte "¿tienen todo chicas? ¿Fueron todas al baño?
Buenísimo, entonces ahora ¡a divertirnos!" No tienen grandes expectativas,
solamente que el día se acomode al presupuesto. Tras morir en la combi suben al
barquito que eso sí, las despierta. Paisajes que no se cansan de zarparse, no
les alcanza con un cielo claro, también hay mar transparente. Pero tampoco
alcanza con eso, también hay islas. Pero claramente y era de esperarse tampoco
se conforman, y nos deleitan con rocas con forma de arcoíris y vamos que somos
turistas y no olviden que estamos en una excursión (mejor hablemos en tercera
persona) así que agarran los snorkels para sentirse algo patéticas, y ya que
están se disfrazan con salvavidas amarillos. Flúor, ejem. Un llanto descocado
que las toma por sorpresa y arrancan.
Tras una aventura se sumergen en arrecifes y nadan con peces de todos los colores. Le dan la vuelta a una piedra, la vuelta al mundo de la vida marítima. Como marcianos con máscaras invaden la vida de los que nadan, se sorprenden de sus rayas, texturas, colores, movimientos y tamaños, pero ellos simplemente viven y quién dice se sorprenden de semejante acontecimiento que para ellas no es más que una visita.
Se rinden frente a otro desafío de darle la vuelta a la roca, la chila lucha en vano contra la corriente y tras una ola de soledad las encuentra. Se les hace agua la boca frente a tanta fruta, los acompaña Ramona, el gracioso resultado de un cruce entre un chancho y un perro feo y comen sin poder repetir. Hasta ahora con lo del presupuesto venimos flojo...
Pero el paisaje lo vale. Con miedo de desperdiciar plata en vista cierran los ojos para dormir, pero ellas disfrutan así. La siesta del medio día es fundamental para recobrar fuerzas y robar cerveza, que a la noche y con el calor hace falta. Eso sí, la siesta más cara de su vida. Loros que comen pelo. Baja el sol y ¡qué manera de disfrutar hermano! Todo viene bien nada viene mal, una imitación de Mafer acompañada de carcajadas desaforadas para concluir la tarde y empezar otra. En la que el sol se escapa con el mar y las tortugas de la isla te las debo. Y más cuidado cuando hablan de "comida libre, te dan todo lo que quieras" que en una de esas hay alguno que se hace ilusiones fuertes...
Experiencias que hablan por sí solas se convierten en más razones para sonreír y agradecer cuando se va la luz y salen las estrellas.
Tras una aventura se sumergen en arrecifes y nadan con peces de todos los colores. Le dan la vuelta a una piedra, la vuelta al mundo de la vida marítima. Como marcianos con máscaras invaden la vida de los que nadan, se sorprenden de sus rayas, texturas, colores, movimientos y tamaños, pero ellos simplemente viven y quién dice se sorprenden de semejante acontecimiento que para ellas no es más que una visita.
Se rinden frente a otro desafío de darle la vuelta a la roca, la chila lucha en vano contra la corriente y tras una ola de soledad las encuentra. Se les hace agua la boca frente a tanta fruta, los acompaña Ramona, el gracioso resultado de un cruce entre un chancho y un perro feo y comen sin poder repetir. Hasta ahora con lo del presupuesto venimos flojo...
Pero el paisaje lo vale. Con miedo de desperdiciar plata en vista cierran los ojos para dormir, pero ellas disfrutan así. La siesta del medio día es fundamental para recobrar fuerzas y robar cerveza, que a la noche y con el calor hace falta. Eso sí, la siesta más cara de su vida. Loros que comen pelo. Baja el sol y ¡qué manera de disfrutar hermano! Todo viene bien nada viene mal, una imitación de Mafer acompañada de carcajadas desaforadas para concluir la tarde y empezar otra. En la que el sol se escapa con el mar y las tortugas de la isla te las debo. Y más cuidado cuando hablan de "comida libre, te dan todo lo que quieras" que en una de esas hay alguno que se hace ilusiones fuertes...
Experiencias que hablan por sí solas se convierten en más razones para sonreír y agradecer cuando se va la luz y salen las estrellas.
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