lunes, 21 de enero de 2013

Cuatro ruedas y cascadas altas


En definitiva uno no debería estar donde uno no pertenece, y si se dan vuelta las cosas concluiríamos en que ellos debían estar ahí y entonces. En ese momento y en ese lugar. Para vivir un verano especial, cerca del fuego y al lado del mar. Si Bob Dylan es amigo de Bob Marley y el hecho de que el primero esté vivo, quizás son datos irrelevantes. Para ellos. Cartas y trucos y viajes que hacen que todo tome otro color, las amistades del verano y la cotidianeidad del día a día nos convierte a todos en pequeños compañeros del camino, y quién sabe algún día, de la ruta que va al sur.

Compartir atardeceres es como enchufar un alma con la otra y que juntas entren en sintonía, cada uno lo vive a su manera pero vamos che, con la playa de por medio es distinto. Con cervezas y ron también. Con una cascada de agua fría y una montaña difícil de subir y más aún de bajar, y aplausos para los que nos tiramos de ahí (muejuejue). Para las nonas de la excursión, vayan a tocar la cascada y que se conformen con eso, bien que felices están. Y aprendamos a reírnos de las desgracias pues jugar con un poco de adrenalina no es joda, una mala caída de un monte y una zuma y para una radiografía volemos a San José. ¿Son estrellas? ¿Son celebrities? Na, son dos gomas que tuvieron suerte (hay que verlo con ojos positivos) y viajan en avión privado, helicóptero, una fisura y atención de Greys Anatomy para la momentáneamente inválida. Un corsé y a la playa, mierda. A otras les arde al hacer lo suyo. Mientras ellas viven una película que bordea finamente lo trágico y lo cómico, las otras viven frescura y noche al fin. Cuatriciclos, velocidad, arena y estrellas. Juegan con el ruido del motor que hace que todo sea más fiero. No es lo mismo sin ellas pero qué más da, están volando.

No hay que acostumbrarse a que las expectativas nos superen.

Cuidado con tanta ferocidad en cuatro ruedas que acá nada es gratis. Lo que es una negociación de veinte mil colones con alguien que quiere remodelar su auto, pueden convertirse en cientos de dólares mañana. Multas. Para variar, más multas.

Un párrafo aparte para la india que de india nada tiene. Perdida y cuarenta minutos más tarde, arrastrándose por una pared vertical y bañada en tierra, con bolso en mano y los pelos completamente revolucionados llega ella. Claro, con la ayuda de mougly. Te veíamos más curtida, india. En vano mucho campo y mucho Monte para que llegues a tu lugar y en vez de lucirte con ganas, te pierdas caminando en high ahogando tus pies en piedras y hondos pozos. Este era el lugar para las alpargatas, no la facultad.

Correr tiene lo suyo, mas pasear por los verdes prados al lado de chacras y vacas raras no está mal. Emprenden una travesía con expectativas altas y joviales. Ya que somos vitales aprovechemos. Y la terminan en un hospital, ante la gravedad del asunto, la ambulancia ruge al avanzar, el helicóptero truena al despegar y ellos en la playa gritan al rodar.

Nena, la palabra del rock nacional. Esas noches de música lo transforman todo. Con los Redondos empieza y con ellos también concluye. La hamaca que inspira magia se mueve y nos invita a acostarnos, a fumarnos la electrónica del vecino y que juntos vivamos todo a fondo. Para mañana poder sentir que lo vivimos con pasión. Me gusta ser romántica pues el romance nos rodea. En la fina luna y en un cielo imposible de entender, este romance vuela como quien vuela al comprender que son ellos los que atraviesan la aventura de acostarse con el mar y despertarse con el sol. 

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