lunes, 16 de abril de 2012

Qué habría escrito Neruda, qué habría pintado Picasso

El galán de todos los tiempos. Vestido de negro y en una noche de estrallas -y para su fortuna- de calor, compra los corazones de las mujeres que se amontonan para verlo. Hombres también, claro. Dice lo que quieren escuchar... a veces. Otras tantas disfraza sus palabras con refranes bonitos y metáforas que dan vueltas y vueltas para que la frase quede linda. De vez en vez la idea no, pero la frase queda linda siempre. Y todo se acerca más a una obra de teatro que a un recital. Ellas se amontonan para verlo, decía, y el las  enamora con un par de mentiras y un aire de conquistador que consigue lo que quiere a toda costa. Pues quién sabe si realmente piensa así, quién sabe si sus palabras no contradicen su pensamiento, quién sabe si ademés del amor le gustaría hablar de otras cosas y abarcar otras áreas ademas del sexo. Lo cierto es que con su imagen de psicólogo del amor y rey del machismo -no le demos otra vuelta de tuerca a esto último-, conquista. Y logra, por cierto, no solamente letras que poéticamente son más que rescatables, sino que además, acierta. Presunciones ciertas, hipótesis verídicas, situaciones y vivencias reales, diarias, cotidianas. Gente que se identifica con ellas y que por eso lo ama, cree que el es el doctor de las relaciones amorosas y el defensor de las víctimas del deseo. El entiende y difiende a todos esos heridos por amor. Y ahí, sin más ni menos, o quizás con un poquito más que menos, los atrapa. Porque sufren, lloran, aman, mienten, traicionan y sienten. Ante todo y ante todos, sienten. 

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