miércoles, 6 de abril de 2016

Embrace the suck

The term would be used when an individual or a group must complete a task that is pointless, tiring, and/or lame.

NCO: Hey gather up, we need to mow the grass before we are released today.
Soldier: That's bullshit, we had all day to do that.
NCO: Well then just embrace the suck and get it done.

The denial of something simply extends its presence. So even though “the suck” sucks, the prolonging of it makes it even suckier. For longer. If you don’t square up and face your career discontent, you'll just prolong the agony.

Embrace the suck. Abrazar la desgracia, aquello que molesta, lo más terrible, la tortura, lo que tocó. Aceptarlo, procesarlo, aprender a vivir con ello. Entender que no queda otra escapatoria que el destino que hoy nos toca vivir. Darle la bienvenida a lo que llega, resignarse, darse por vencido, reconocer la derrota, reconocernos derrotados. Aceptar las cadenas que nos envuelven, resignarse a la celda que nos encierra, respirar el barro que nos rodea, ofrecer la otra mejilla, curar las heridas, amortiguar el golpe. Dejar de buscar agua en un desierto, dejar de correr, caminar, frenar, arrodillarse, y finalmente, dejarse caer.

O no. O aceptar la derrota y seguir adelante. Comprender que más bajo que esto no se puede llegar, y empezar de nuevo. Entender que cuando no se tiene nada, no hay nada que perder. Bajar el corazón, levantar la cabeza y caminar. Abrazar la debilidad que nos define y convertirla en fuerza, poder, vida. Ver las razones que quedan para vivir, esforzarse y creer que se puede. Decir de una vez por todas lo que sentimos y asumir que de la muerte nadie se salva, que cada uno tiene su debilidad. Levantarse, cambiar, caminar.

Pero no ustedes. No el desfile de corruptos que hoy se pasean frente a la justicia del país, una justicia que finalmente decidió abrir los ojos, usar la vara de la Constitución y el Código para juzgarlos, declararlos ladrones, violentos, narcotraficantes, traidores para con la Patria, culpables. Qué alivio verlos imputados, ustedes que pensaron que el poder era para siempre, que la plata iba a poder más que la verdad; que la impunidad iba a ser eterna, que el pueblo iba a estar para siempre dormido, que las cosas se iban a hacer siempre de acuerdo a lo que ustedes quisieran y desearan; que los millones de dólares y el whiskey los iban a poder disfrutar eternamente. ¿Qué hacer ahora con esa plata, qué sentido tienen todos esos billetes robados, contados, pesados, alabados por ustedes, los fanáticos y adictos del poder que literalmente se excitan con la plata? Ya no me pregunto con qué cara se miran al espejo o salen a la calle. Pero sí me pregunto si comprenden ahora, cuando los aguarda lo peor, la cárcel, la derrota y la vergüenza, me pregunto si comprenden la gravedad del asunto, lo perdidos y solos que están, la vida diferente que podrían haber llevado. Me pregunto si se arrepienten, si entienden que podrían haber hecho todo diferente, mejor. O por lo menos no tan mal.


Poco importa ahora, porque lo hecho hecho está. Yo me preocuparía por salvar el alma porque el cuerpo cumplirá una condena. Esto no es sed de venganza, es sed de justicia. Embrace the suck entonces, porque otra no queda.

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