miércoles, 22 de mayo de 2013

Hasta acá llegamos


Le desespera ver cómo pierde el tiempo ahogándose en un vaso de agua. Es consciente de su idiotez, por eso al menos es un idiota lúcido. Pero maldice al pasado y le ruega al porvenir que por favor, por favor esta vez pueda obedecer su voluntad, hacerle caso a sus pasiones y mandar todo a guardar. Si ya llegó hasta acá, tiene que seguir por ese último retazo de escombros, esa fuerza gastada por el cansancio acumulado de los años. Su encanto lo enamoró, pero ella opta por el silencio que esta vez como todas, le juega en contra, porque en definitiva no es más que una auténtica relatora de cuentos sin fin. ¡Son humanos! Luchan contra el tiempo que pasa alivianando lo vivido y haciendo que todo aquello que alguna vez fue fuerte, hoy sea frágil. Esa sensación de novedad ya no está. Desapareció con ella la adrenalina de encontrarse frente a lo desconocido, la sed de aventura se fue desvaneciendo con el correr de las horas y fue consumiendo a cuentagotas la falsa esperanza de esperar algo que nunca llega. La indecisión fue su mayor enemigo. La peor de las traiciones que hizo que se traicionara a sí mismo y le diera la espalda a sus anhelos. Dejemos de liberarnos con el humo que nada libera. Hablá, para algo están las palabras. Dejate sentir que a la larga es lo único que nos queda. La vida ya trae sus quilombos, así que en vano tratar de complacer a los demás, que cada uno haga lo que tenga ganas de hacer. Que escuche la música que cada uno quiere escuchar. Y claro, lo que está hoy puede faltarte mañana, si bien la soledad es linda, no subestimes la compañía del que está al lado. Puede que mañana no esté. Subí el volumen entonces y que nuestras miradas se encuentren en la belleza de esa música, que nuestros ojos trasciendan el tiempo y nuestras manos se rocen mientras nuestras voces se encuentran en el baile de los sultanes del ritmo. Se buscan y se encuentran en el desencuentro, sus ojos corresponden a otra época. Se ríen y entienden, que pasado tanto tiempo, es en vano disimular. Hasta acá llegaron, la pregunta es hasta cuándo van a seguir. A dónde van a llegar. Cuánto más barro van a pisar sus pies y cuántos días más van a pasar mientras hablan sin hablar y se dan un beso sin siquiera rozarse.  

Es un mundo un tanto salvaje, soportemos la existencia leyendo lo que nos apasiona y caminando de la mano. 

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