Busco tus ojos, rocío de
invierno, nieve de agosto, emanan luz caliente, calor joven. Busco tus manos
que con la luna azul y esponjosa también me buscan a mí a través de la noche
larga y ancha y pesada. Que vos también me querés abrazar, que yo te vengo
buscando hace años luz, que vos sos digno de algo mejor que esa soledad de a
dos. La luna viene para quedarse, el eclipse mágico es una ilusión óptica,
porque no hay luna, no hay azul, no hay rojo: es todo negro. Negras las aguas que
nos separan, las fuerzas que hacen presión para que no nos veamos, negro tu
humor. Me arde tu recuerdo en los ojos. ¡Allá va, lento y cojo, un momento
luminoso! Herido tras las guerras, habiendo sobrevivido a la barbarie, habiendo
sido devorado por las bestias hambrientas, salvajes. Fieras sin piedad son la
lujuria, la plata, la rutina. Pero el momento luminoso se arrastra haciéndole
frente a las batallas más perversas. Es pequeño y parece indefenso, pero
levanta la cabeza y camina, sigue nomás, a paso lento pero firme, haciéndose
notar. Llega finalmente a la puerta marrón, le duele cada centímetro de su
recuerdo; pero el presente es ameno. Toca la madera con dos golpecitos
haciéndola sonar, y luego de unos segundos aparezco yo, cansada, gris. Al verlo
me emociono y lo abrazo sin pudor. El tacto es reconfortante y me alivia los
huesos. Todo en mí se estremece, todo toma claridad; incluso sentido. Ahora vivo.
Qué sensación tan rara y perfecta. El momento orgulloso baila, ambos nos hacemos uno tratando de congelarlo y que esto sea más que un mero instante (quizás el mejor de todos) y que esta revelación recobre forma, materia, color. Nada puede hacer que esto se destruya: ni el pensamiento de que todo es efímero, ni que en unos segundos esto va a ser solo memoria, ni los miedos, ni las bestias, ni las fieras, ni la tragedia ni el mundo. Hasta que todo eso llega, ¡todo junto! y me inunda; y ahoga al diminuto momentito de luz y se lo lleva con el viento, es muy chiquito para luchar contra la corriente, lo veo irse, lo veo pelear, lo veo luchar, lo veo llorar, lo veo sangrar y perecer, lo veo desmayarse, lo veo morir.
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