martes, 24 de septiembre de 2013

Saturada

Y la ilusión se destruyó, una vez más, como quien destruye un sueño al pasar, al bostezar, al espiar. Sin ni siquiera mirar. 

No es la traición lo que le duele, es el descaro. Haber desparramado tantas horas juntos y haberlas tirado ahí, sin ver que del otro lado había otro sufriendo, pensando en eso, que en otro mundo, tal vez, con otros códigos y un poco más de afecto, podría haber sido posible. Lindo, incluso. Pero para variar, no funciona así el amor. No funciona así la amistad. No era mucho pedir un gesto considerado, un poco de discreción al menos -ruega- por favor. Era lo mínimo que esperaba cuando las aguas nos rodeaban en ese atardecer que compartimos. Lejos de todo, y quién lo hubiera dicho, lejos ahí estabas también de vos mismo. De mí. 

 Es de vuelta la tristeza la que me lleva a escribir, pero los sentimientos exagerados son los que sacan las mejores palabras. Sádicamente te digo gracias por el gesto. Por haberlo hecho hoy y no mañana. Tu cara nos da bronca, y tus palabras solo aumentan esa sensación que me recuerda el estúpido delirio de haber pensado, alguna vez, allá atrás –ayer- que valorabas eso poco y majestuoso que construimos. 

Duele la incoherencia cuando decís que te importa algo que despreciaste, que valorás algo que desechaste. Manipulás lo vivido, de vuelta como todos, y sí, exagero, te culpo, te miro y no entiendo. Porque de este lado siento.

Lejos estás de haberme roto el corazón. Me rompiste la ilusión. Los gestos dicen más que las palabras, así que no hables en vano. No soy apocalíptica, solo soy mujer.

1 comentario:

  1. los sentimientos exagerados son los que hieren al corazón en demasía, los sentimientos profundos son los que le devuelven la sonrisa...

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