Una despedida que nada
deja atrás pero todo deja por delante. Un dejo y digamos dejo que la palabra
expresa, un dejo de nostalgia, melodrama, llanto exagerado, lágrimas, caprichos
de un chiquito de cinco que mierda que no quiero que se vayan, joda y fiesta
por un rato, mierda y un disfraz de sonrisas para después. Una casa destruida
que acoge con impresión pero sin pena a una convocatoria de gente que quiere
sol para que todo salga acorde al plan. Una tormenta que queda atrás, el
misterio de las nubes que desaparecen con la mañana, un tornado seguido de un
sueño. ¡Se me inundó la casa chabón! Un equipo de rescate que está aunque llueva
sapos.
Pileta y agua en una
tarde de no tanto calor pero el calor no falta y el agua tampoco. Dylan o Beatles, déjense de joder. Faltó rock
pero sobró locura, ahoguemos las penas en un río que recibe al barco más bonito
de todos, con la gente más bonita con los cuerpos (eso) más bonitos y los
bailes más… y, digamos bonitos por no decir… digamos bonitos. Se escapan con
las estrellas que despiden al cielo naranja, mientras en algún lugar remoto un
avión las despega de la tierra, de las que se quedan acostadas en un río que
esconde peces y especies.
En vano hacer alusión al
título, menos recordar la sorpresa vaya sorpresa que apareció en medio del té
que tenía jugo con “pulpa”. Hermana te extrañaré, queridas las extrañaremos. ¡Pero
no! ¡Te estás olvidando de algo importantísimo! Pues si creían que una tragedia
y sentimientos fuertes iban a opacar el protagonismo de una nueva década para
ellas, cuán lejos están de la verdad. Princesa
uno, princesa dos, reciban los veinte como corresponde: música gente y fiesta.
Hoy no olvida un polo
familiar, más Italia para nosotros que somos tanos, más recuerdos para dos
familias hechas una, se teletransportan a una chacra añeja y desbordada de
juventud. Ella formó parte de esto y dejó un beso marcado en las paredes de
ladrillos, una sonrisa guardada en un mazo de cartas, un asiento en el lomo de
una vaca.
Disfruten de la nieve y
busquen experiencias nuevas, no salgan del templo interno y bailen con gente rara.
Que hable inglés, y por qué no, italiano y francés.
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