La
osadía de esos ojos que ven sin mirar hace que se cuestione cada palabra que
pronuncia, cada verdad que sostiene como si fuese cierta, cada alusión que hace
a lo que pudo haber sido si todo hubiese sido de otra manera: besos que no se
dieron, noches que no vivieron, bares que no sedujeron y botellas que no se
abrieron. Pero es lo que es, fue lo que eligieron que fuera y hoy están parados
donde los caminos los llevaron, no son marionetas son libres, no son idiotas
son capaces, no son enamorados son amantes. Y es que ya nada la sorprende, nada
lo deja sonreír pero la música hace que baile. Sus mentes se conocen pero ya no
se conectan porque el cable amarillo no encaja con el rojo, anuncian una
tormenta que nunca llega, como las profecías que él declara pero jamás han de
suceder. Seamos evidentes que las incógnitas pasaron de moda, la evidencia
enamora al periodista y es el enemigo del poeta romántico, que por ser
romántico ama lo invisible a los ojos. Lo rebuscado, lo complicado… como ellos.
Encendamos el calor ya que estamos y que el hielo desaparezca, si están acá
están acá por algo, así que se hacen cargo de lo que hacen pero no de lo que
dicen. Clásicos de Barry White (que era negro, ¿una paradoja? De vuelta, como
ellos) suenan en una noche que se hace de día demasiado rápido. Le dan la
bienvenida a un verano que solo por ser verano es lindo. Otro año pasa y en la
noche reina el secreto, lo desconocido de un porvenir que lejos de querer
conocerlo, se deja llevar por él. Se ríe, porque entiende la gravedad del
tiempo transcurrido; se sonroja, porque se avergüenza de dónde están parados
después de tantos años; pero tímidamente sonríe, porque sabe que los dos saben
que si hubiese sido distinto no hubiese sido divertido. Romance que no es
romance y manos que se buscan entre sí, para tratar de tocar juntos, el sol. Se
aman a sí mismos –porque para amar al otro primero hay que amarse a uno mismo,
pero ojo, esto no significa que se amen entre sí pero sí se aman a sí mismos- y
siguen los pasos que da el otro, salta cuando saltan y corre cuando corren. El humo
del cigarrillo sale para entrar al mundo que domina vaya a saber uno qué
clase de especie… no, ciertamente ni sabe cuál, pero debe de ser una rara. Eso seguro.
Como... bueno, ya saben como quiénes.
martes, 25 de diciembre de 2012
Luz en sí oscuridad para mí
Lo
lindo de la felicidad es que se esconde en la simpleza. Lo grande de la
profundidad es que permanece en lo pequeño. Menos es más y cuánta más
autenticidad hay en las cosas, más únicas son. Menos hay y más las quieren. Las
aman. El reconocimiento de un castigo está en la sabiduría de ver el error, y
claro, tratar de evitarlo en un futuro. La Navidad es un tiempo de paz y la paz
trae tranquilidad, porque nace la verdadera vida. Fiesta por excelencia, paz
infinita y esperanza que conlleva su vida, esa que nos hace creer en que un
mundo mejor es posible. Hoy y mañana la gente deja de pelear para abrazarse,
deja de gritar para escucharse, deja de ver lo que no tiene para agradecer lo
que le fue dado con amor y sin condiciones. O si, amar al otro, por qué no.
Ansían
el porvenir con expectativas y recuadran un próximo destino con canciones y en
algunos casos, bailes. No piden mucho, o tal vez sí, pero elijen dejar
sorprenderse por lo que vendrá, nunca opacar las ilusiones con peleas absurdas
y discusiones que en vano le dan sombra a algo imposible de oscurecer pues la luz
es más fuerte que la niebla. Y al son de los pájaros que dibujan la melodía en
el cielo se acerca la Navidad y con ella las ganas de encontrarle un sentido
verdadero, el renacimiento del amor, del AMOR perdón, de la vida, de la
verdadera buena vida. Familia para abrazar y amigas para conmemorar lo que se
viene, playa y más playa y cuanta más playa mejor. La actitud (y todo en esta
vida se trata de actitud) es disfrutar del momento teniendo en cuenta que trascendemos,
amar y alegrarse de los pequeños destellos, mirar el presente pero posando una
mano en el mañana, y claro, con un pie firme en el pasado. Festejar mientras
así se pueda, vivir si nos dieron vida, cantar si tenemos voz y sonreír porque
es gratis y hace bien. Escuchar la música que nos regalan, entender el ciclo de
la naturaleza y respetarlo.
Un
brindis que encierra una vida de abrazos, burbujas que flotan en el aire como
palomas que no van a ningún lado, una guitarra eléctrica imaginaria en esos
dedos que jamás sabrían tocarla –o quizás en otra vida sí- y velas colgadas
como guirnaldas que derraman cera. Toda esa luz (imposible pero posible en otra
dimensión) que enceguece cada vez más a algunos, se apaga un poco para que un
par la puedan mirar. O mejor dicho, acercarse sin quemarse. Ese es el secreto. Acercarse
sin quemarse y entender, que si estiramos un poco más los brazos, nuestro
cuerpo desvanecerá y seremos solamente almas.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Hoy respira con alivio y vuelve a ver los árboles como son, verdes
Una despedida que nada
deja atrás pero todo deja por delante. Un dejo y digamos dejo que la palabra
expresa, un dejo de nostalgia, melodrama, llanto exagerado, lágrimas, caprichos
de un chiquito de cinco que mierda que no quiero que se vayan, joda y fiesta
por un rato, mierda y un disfraz de sonrisas para después. Una casa destruida
que acoge con impresión pero sin pena a una convocatoria de gente que quiere
sol para que todo salga acorde al plan. Una tormenta que queda atrás, el
misterio de las nubes que desaparecen con la mañana, un tornado seguido de un
sueño. ¡Se me inundó la casa chabón! Un equipo de rescate que está aunque llueva
sapos.
Pileta y agua en una
tarde de no tanto calor pero el calor no falta y el agua tampoco. Dylan o Beatles, déjense de joder. Faltó rock
pero sobró locura, ahoguemos las penas en un río que recibe al barco más bonito
de todos, con la gente más bonita con los cuerpos (eso) más bonitos y los
bailes más… y, digamos bonitos por no decir… digamos bonitos. Se escapan con
las estrellas que despiden al cielo naranja, mientras en algún lugar remoto un
avión las despega de la tierra, de las que se quedan acostadas en un río que
esconde peces y especies.
En vano hacer alusión al
título, menos recordar la sorpresa vaya sorpresa que apareció en medio del té
que tenía jugo con “pulpa”. Hermana te extrañaré, queridas las extrañaremos. ¡Pero
no! ¡Te estás olvidando de algo importantísimo! Pues si creían que una tragedia
y sentimientos fuertes iban a opacar el protagonismo de una nueva década para
ellas, cuán lejos están de la verdad. Princesa
uno, princesa dos, reciban los veinte como corresponde: música gente y fiesta.
Hoy no olvida un polo
familiar, más Italia para nosotros que somos tanos, más recuerdos para dos
familias hechas una, se teletransportan a una chacra añeja y desbordada de
juventud. Ella formó parte de esto y dejó un beso marcado en las paredes de
ladrillos, una sonrisa guardada en un mazo de cartas, un asiento en el lomo de
una vaca.
Disfruten de la nieve y
busquen experiencias nuevas, no salgan del templo interno y bailen con gente rara.
Que hable inglés, y por qué no, italiano y francés.
domingo, 2 de diciembre de 2012
Loco loco loco
Se
quedó corto cuando dijo que era sensible. Que dos más dos para él no es cuatro,
a veces es cinco. O seis. Que todo le toca esa palanca adentro suyo que le
despierta el motor de las emociones. Se queda un poco tranquilo al ver que no
es que él esté loco, no es que es distinto a los demás, no es que su mirada
penetre en la mente de los inocentes como dos faroles negros en un día de mucha
luz, no es que tiene problemas cuando los demás compran flores, no es que está
metido en un mar de lágrimas que hace olas con la espuma de su malestar, o en
algunos casos, bienestar. No es que el mundo haya parado de girar, no es que el
sol haya dejado de brillar, de hecho brilla más que nunca en una mañana donde
las abuelas con joyas le compran helados de colores a sus nietos y la gente
sale a correr creyéndose maratonistas bien temprano, bordeando la ciudad por
Libertador disfrutando de su libertad. Porque tienen libertad. ¿La tienen? Y es
que mientras camina se siente sapo de otro jardín, y se da cuenta de que todos
están locos. Todos sumergidos en sus problemas, todos mirando la locura en el
ojo del otro, todos mirando y riéndose a carcajadas de la forma de ser del que
va caminando en la vereda de en frente, todos disfrutando de la desgracia del
enemigo, alegrándose por los logros del hermano, llorando por el mal del amigo.
El loco es el que está al lado, el que se viste mal es el otro, el que fracasó
es un tercero, Harry Potter vive en un mundo de fantasías, los drogones hacen
música y pintan cuadros y aparecen en la televisión. Siempre, siempre la locura
es ajena a uno. No es que uno sea perfecto, ¡cómo decir eso! Uno se equivoca y
tropieza día a día noche a noche. ¡Pero qué es lo que pasa entonces! Es que
todos estamos locos, inundados en la psicopatía interna que nos disfraza y nos
dice que todo está bien, que las lágrimas son pasajeras, que pasamos por pozos
de los cuales salimos fácil y rápidamente, que si somos lokos entonces lo somos
con ka porque es más gracioso y suena más remoto más efímero más imposible más
lejos. Y entonces el kiosco de maxi o el maxikiosco o kiosco y maxi o un kiosco grande y un maxi
pequeño porque maxi está loco y loco con c. Porque yo no soy maxi porque maxi
es el otro y pobre maxi que nada tiene que ver con toda esta locura este nudo
este embrolle y desaparecen las comas porque aparece la confusión no hay orden
en lo que se dice menos en lo que se lee y nunca en lo que se hace. He said, we
haven´t had that spirit here since 1969. Se
hace lo que se puede cuando se puede como se puede y siempre buscando la más
mínima escusa para poder sonreír, aunque sea del loco que tenés al lado. Pero vamos
ey, reíte de vos también querida, que quieras o no, estás tan loca como yo.
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