Lo secreto permanece en la osadía
de un encuentro fugaz. Lo que no se sabe quiere salir a la luz. Lo que se sabe
aburre, y ya no es novedad. O se sabe y se quiere saber más. Una de dos. Y se
dan de la mano cuando las miradas buscan otras paredes y las voces otros sonidos.
No se conocen, pero se sienten. No saben nada uno del otro, pero se exploran. Vienen
de mundos distintos, y lejos de querer parecerse, tienen el valor de verse así.
Mas se asemejan y chocan, justo en esa línea en la que las diferencias se
fusionan a la par y se rozan las educaciones, los movimientos, el ritmo. Música
en común, sonrisas que se escapan. Un guiño se atreve a asomarse, e inquieto y
revoltoso, se asoma.
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