martes, 13 de marzo de 2012

Vida marítima


Una lágrima que rueda, se desparrama por esa cara que solía estar quemada por el sol. Cae con la cabeza gacha, cae lenta y busca compañía, pero por más de que busca y busca no encuentra compañera alguna. Baja cada vez más al ver cómo esa piel se sale, poco a poco, de su brazo que como la cara, había sido quemada por el sol. Antes era marrón, ahora cobra un color agrio y claro y blanco mezclado con amarillo. Wacala. Ese sol entonces, dorado y fuerte, que días atrás hacía de los días unas jornadas alucinantes. Ese sol que supuestamente acá también está, pero no está. Que acá también existe, pero no existe. O por lo menos no brilla. ¿Será que sin el mar no se luce? No lo sabe… y no cree llegar a saberlo nunca. 


Pues en el mar, se es más feliz. El mar, díganlo o no, hace en parte a la felicidad. Y aunque se supone que se deba amar a la realidad en que se vive, el mar es algo para añorar. Pues se ama, y algo que se ama, se extraña. Y qué lindo es extrañar sabiendo que en algún lugar de este universo alguna persona de esta vida grande y –aunque no siempre, muchas veces- gratificante, hay alguien que en este momento debe estar contemplándolo y admirándolo. Un pescador, quizá. Un viejo, tal vez. O por qué no, un pez.

Y ese mar, que si se lo combina con el verano y un faro, faaaaaa. En vano tratar de describir esa sensación. Qué más grato que salir a comprar algo, cualquier cosa, típica tarea del día a día: salir a comprar algo. Y qué mas grato, entonces, que toparse con el mar en el camino. Llegar a la bocacalle y verlo ahí. En movimiento. Generando olas y sonidos nuevos. Que juntos componen una sonata. O no, hoy es música country. 

Porque una rambla que da al mar es una rambla que da al mar. Gente más tranquila es gente más tranquila. Tablas de surf en la arena son tablas de surf en la arena. Una isla con un faro es una isla con un faro. El verano es paz. Las estrellas son inspiración. La playa es linda. El mar es vida.

Una lágrima rueda, se desparrama por esa cara que solía estar quemada por el sol. Y aunque como diría él, estamos acá. Hay que hacer de esto lo mejor que podamos. Que tampoco está mal. Y esperar a la vuelta, al regreso. Pero falta tiempo para el regreso. Y ella quiere estar ahí ahora y siempre. ¿Es posible? Claro que lo es, si hace a tu felicidad, entonces claro que lo es. Vayámonos a vivir a la playa entonces. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario