lunes, 18 de junio de 2012

Más corridas y más sarcasmo


¡¿Qué QUÉ?! Que nada. ¡¿Pero que QUE?!  ¡QUE NADA! Pero decime, ¡¡¡¿¿¿Qué QUÉÉÉÉ???!!! ¡¡¡Que DÓNDE CARAJO ESTAMOS METIDOS!!! Ah, eso… bueno, a ver… evidentemente, en un pozo. Un pozo sin salida, oscuro y tenebroso, en el que la adrenalina incita a seguir y la desesperación seduce con maldad a dejarlo todo… en el que el bendito RF nos maneja como marionetas a su cambiante gusto e insaciable placer. Y en el que nosotros somos conscientes de la maldita ruleta rusa en la que poco a poco y paso a paso nos vamos sumergiendo, conscientes de nuestra posición de víctimas sin descanso y despiertos ante la diversión y las ganas de producir y bailar.  Pero conscientes al fin. Que sea lo que Dios quiera. Perchas que vuelan con alas de inseguridad pero decisión, valijas que ruedan y se arrastran por los pasillos descaradamente, hombros y brazos que levantan pesos insufribles, y como hormiguitas viajeras, ellos trabajan. Pero se ríen y fuman, eso sí, fuman sin parar. Y de ahí, cada vez que hay humo por la calle o humo en las fiestas o humo en la casa, ellos aparecen en su memoria. Ellos y sus cigarrillos, ellos y sus encendedores. Peinados raros y vestimenta adecuada para la situación, de vez en vez una puteada y el escenario listo al fin. O no aún, aguarden unos días… ¿y que es lo que siempre viene y nunca llega? EL. No, el no, EL ESTRENO. Porque él está, en su sillón plateado y con sus tapados de pieles, está. Con sus amigos cuidas tatuados y agujereados y con bastones por doquier, él está. Con su oro, sus anillos, sus zapatos en punta y su voz suave y delicada. En definitiva, uno más entre el montón. Caterings para tirar al techo, empanadas para regalar, y junto con todo lo prohibido y lo innombrable… el dinero. Sh, hablen bajo. Eso no se dice, y más bajito aún… eso no se pide. Corridas y bajadas, más corridas y más rodetes, más demacre y más cansancio, más humo y mas encendedores, más planillas y más llamados, más famosos y más peleas, más discusiones y más revistas… pero revistas y risas al fin, ironías y secretos, claramente, al fin. Televisión y a cagarse en los feriados, la ley de Murphy y que se cague el que llegó último, SÉ PILLO, o CEPILLO, o  SEPISHO… ya no sabe cuál. Mariposas vuelan, los colores cambian. Voz ronca y alguna que otra destruida por el humo. Llega a su casa y el perro mueve la cola. Qué sería de todo esto sin vos, bonito sarcasmo. Ay, que lindo eran esos tiempos cuando nos dábamos el lujo de salir a pasear. Pero esto es salir a vivir, y que lindo resulta conocer la vida. Ojos oscuros y casi todas las mañanas, vestidos de ojeras impiadosas. Pues nada lo perdonan. Pues nada lo dejan pasar. Nada, al menos, sin volverlo más oscuro y un poco más retorcido. Amigos luego de compartir jornadas íntegras uno bien al ladito del otro, pues el lugar es chico, los corazones son grandes y los cuerpos son muchos. A producir y a producir bien, no necesariamente organizadamente, pero bien. Dance with me into the colors of the dust. Música y canciones para la orquesta, y a ordenar toda la ropa que no ordenó en su vida. Vieja, mirame ahora. A correr más, a dormir menos, a vivir poco. O como le gusta verlo a ella, a disfrutar más, a correr distinto, a reírse de lo más loco y a vivir más… por supuesto y por siempre, a vivir.

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