Reporter: What is your attitude toward your "finger-pointing" songs? He
implied that you thought they were just superficial.
Bob Dylan: No, it's not superficial, it's just motivated. Motivated.
Uncontrollable motivation. Which anyone can do, once they get
uncontrollably motivated.
No se trata de la humildad, de su verdad hecha
canción ni del racismo contra el que fervientemente peleó. Ya no son sus
anteojos negros ni su cigarrillo lo que lo hacen ser él. Lejos se trata de su
sombrero. Tampoco de su baja estatura ni de sus rulos. No es esa voz peculiar
ni el rechazo hacia los medios. Ya no se trata de la espalda que les muestra a
los periodistas y de la cara que le pone a la verdad, los débiles y los pobres.
Ya no son sus letras mundialmente reconocidas ni sus tantísimos ritmos. No son
esas metáforas que por tan ciertas tocan el cielo. Tampoco lo son sus náuseas
ante el materialismo y la hipocresía. No es el hecho de que haya cantado
después del discurso de Martin Luther King ni al mismísimo Papa. No lo fue y
nunca lo va a ser su conversión al cristianismo. No son sus gritos desesperados
que ruegan paz ni la impotencia que sale de sí frente a los maestros de la
guerra. No es la imagen que da “Resting in the fields, far from the turbulant
space, half asleep near the stars with a small dog leaking your face”. No son
los cientos de álbumes, miles de canciones y millones de artistas que inspiró.
No es que haya sido la culminación de una época ni que se trate de una de
las cien personas más influyentes del siglo xx. No son su armónica ni su
guitarra acústica. No se trata del blues
y el gospel que cantó, del folk que tarareó, del rock and roll que rugió ni del
jazz y swing que bailó. Música inglesa, escocesa e irlandesa. No es ese cambio
y distinción de cada canción en cada recital solamente porque ellas así lo
merezcan. Porque se cagó en el mundo, en las presunciones, en los prejuicios y
en todo lo establecido. Pero tampoco se trata de su autenticidad y el coraje de
ser lo que fue.
Más allá de sus letras
indescifrables. Dejemos de lado el hecho de que él solo vino a cantar pero sin
quererlo y sin creerlo cambió muchas mentes, transformó muchas almas y le dio color
y lágrimas a un mundo que tanto lo necesitaba.
Se trata de eso y de mucho más.
De todo eso, sí, pero fusionado, comprimido, tan exprimido que tanto jugo dio,
tan iluminado que tan ciegos nos dejó. Tan cierto que a muchos asustó y tan
poético que a tantos otros cautivó. Porque tan desesperado estaba que
desesperó. Y tanto para decir tuvo que gracias al Cielo y al piso, habló.
Gracias a todos y a todo, cantó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario