viernes, 9 de diciembre de 2011
Cumpleaños feliz
Una persona. Un amor. Muchos amores. Muchas personas. Una familia. Única, unida, fuerte, sobreviviente. Un anhelo de felicidad, una sonrisa del alma, y con ella, un abrazo del corazón. Una persona, un amor. Una mamá.
Decidida a luchar contra las adversidades, ella camina. Decidida a agradecerle a Dios, ella reza. Decidida a mejorar, ella calla. Decidida a educar, ella enseña.
Acompañándome en el dolor, me abraza. Ella abre su corazón, y sin límite alguno, entrega. Bendita sea su generosidad.
Amada por Dios, la rodea gente buena. Un marido que volvería a elegir mil veces mil. Unos hijos que –esperemos- le iluminan sus años. Y años que pasaron. Proyectos concretados y objetivos logrados. Mas a no refugiarnos tanto en el pasado, disfrutemos de una dulce proyección del futuro. Decidida a gozar el presente, ella vive.
Y esa vida la cuida, sabe valorar lo que Dios le dio, que mientras cantaba, creó el mundo. Me gusta imaginármelo así. Que mientras construía, cantaba. La cuida, entonces, pues corre, se mueve y come sano. Y es esa una forma de apreciar el cuerpo, magnífica creación del Altísimo.
Muchas veces paciente, otras no tanto. Pero siempre con amor y buenas intenciones. Siempre con ganas de cuidarnos y perseverar. Siempre con ganas de vernos crecer y vernos felices.
Bailemos esta vida tan linda. Y hagámoslo juntas. Cantemos esta sinfonía sin fin, pues la vida es limitada, pero la alegría no. Seamos positivas, pues hemos sido creados para amar. Explotemos nuestras capacidades al máximo, ya que no hay nada más gratificante que poner al servicio nuestros talentos. Sembrémoslos, que de la mano de Dios, todo da frutos. Abundantes, claro.
Tomemos sol, volemos en los abismos de las olas del mar eterno. Me hiciste crecer, me hiciste superar mis dolores, me hiciste reír, me hiciste –no- me hacés feliz.
Sí, nos peleamos. Sí, me hiciste doler y yo también a vos. No me tuviste paciencia, yo tampoco a vos. Nos equivocamos. Pero nos une el amor, y lo importante es que siempre nos perdonamos.
Que tengas un muy feliz cumple ma, y desde lo más fondo de mí, que seas feliz. Y que esa felicidad no sea ordinaria. Que traspase los límites de toda imaginación humana, que se desborde, que se extralimite, y ante todo, que busque el cielo.
Que sin duda alguna, lo va a encontrar.
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